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6 de Abril, 2006
De todas las informaciones que les hemos ofrecido,
posiblemente el diario de Pedro Jota es quien menos explicación requiere. Su
titular de apertura no solo acierta de pleno en la diana, además muestra la
realidad. No hay ninguna paz (tampoco estamos en guerra), no hay voluntad de
integración política, hay una reivindicación inalterable durante cuatro décadas.
Primero se asesinó a sangre fría a más de 800 ciudadanos inocentes, ahora se
ofrece una ‘tregua’, que no rendición, con el mismo y macabro
objetivo. Empieza la danza pero recuerden quien baila con el diablo no cambia a
éste, es a la inversa.
ETA declara un
'alto el fuego permanente' para conseguir la autodeterminación
Reclama
«construir un nuevo marco» en el que los ciudadanos vascos «tengan la
palabra» y los estados español y francés lo acepten, «sin ningún tipo de
limitaciones». Zapatero considera que se dan ya las condiciones para negociar
con ETA y Rajoy le anuncia su apoyo siempre que «no pague un precio
político». Conde-Pumpido pide a los jueces que «valoren» la «nueva
situación» antes de tomar medidas contra el entorno de ETA y las asociaciones
judiciales dicen que seguirán aplicando la Ley
Angeles Escriva
MADRID.- El anuncio de la banda
terrorista se hizo esperar meses, pero finalmente se produjo. ETA hizo
pública ayer su decisión de declarar un «alto el fuego permanente» cuya
vigencia se hará efectiva a partir de mañana y cuyo fin es lograr un proceso
de autodeterminación. Y, una vez más, sus dirigentes demostraron su capacidad
para administrar los tiempos, las tensiones y para rentabilizar su sentido de
la oportunidad, y proclamaron sus intenciones un día después de que el
Congreso aprobara en comisión la reforma del Estatuto de Cataluña.
Una mujer -es la primera vez que
la organización emplea una portavoz- acompañada por otros dos encapuchados, y
flanqueados por las banderas de Euskadi, Navarra y por el lema de ETA,
compusieron la escenografía para un anuncio distribuido a media mañana entre
varios medios.
Los términos del comunicado,
inusualmente breve -Gara anunció la publicación hoy de una segunda parte, al
parecer más dura-, no permiten dilucidar abiertamente si nos enfrentamos al
momento histórico en el que ETA está anunciando que abandona la violencia, ni
tampoco cuál es la letra pequeña, esto es, si cree haber conseguido algo a
cambio.
Pero el texto encierra elementos
que, al menos en su enunciado, parecen satisfacer la expectativas del
Ejecutivo que, en los últimos meses, ha tenido información muy directa de las
intenciones de ETA. De hecho, si en el 98 la tregua fue resultado de las
negociaciones entre ETA y el PNV, en esta ocasión, el paso dado por la banda
se produce después de las reuniones entre dirigentes del PSE y Batasuna, y
tras los contactos indirectos entre la banda y el Ejecutivo.
Probablemente por ello el
presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, combinó ayer la
llamada a la «prudencia» con el optimismo, incluso con una satisfacción
disimulada, y se reafirmó en el camino que ha venido recorriendo hasta el
momento, consciente de que puede resultar muy difícil para los populares
explicar a la opinión pública cualquier gesto de oposición a los pasos que
vaya dando si se confirma la ausencia de violencia.
En los términos generales
planteados, la banda, una vez comunicado el «alto el fuego» -que
oportunamente se hará efectivo el mismo día en el que Otegi ha sido citado a
declarar en la
Audiencia Nacional-, especifica que su «objetivo» es
impulsar un proceso político en toda Euskal Herria cuyo fin es «construir un
nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como pueblo nos
corresponden» y en el que puedan estar presentes todas las opciones
políticas. Y determina que «al final, los ciudadanos vascos han de tener la
palabra y la decisión sobre el futuro» y los estados español y francés deben
respetar la decisión adoptada por los vascos.
En definitiva, ETA, grosso modo,
plantea la superación del marco estatutario, la garantía de que Batasuna -o
la izquierda abertzale- pueda llevar a cabo su ideario, la puesta en práctica
del derecho de autodeterminación y el compromiso de que ambos Estados
asumirán el resultado.
El problema sigue siendo saber
si se trata de una simple sugerencia que, de no ser cumplimentada, no traerá
consecuencias -con lo que puede ser obviada sin problemas-, de una amenaza
encubierta, o de la propuesta previa realizada al Gobierno para llegar hasta
este punto. Eso es lo que legitimaría o no los pasos que puedan darse a
partir de ahora, independientemente de que puedan resultar efectivos.
Y mientras esto se concreta,
llama la atención lo lejos que está la banda en este texto de las exigencias
de «independencia» y de «construcción nacional» del 98 o de las condiciones
ineludibles que ha venido estableciendo en sus últimos comunicados; incluso
parece inexplicable, a la espera de la retórica que emplee hoy, que no se
haya atribuido el mérito de la «crisis en la que se encuentra sumido el
modelo de Estado».
En cualquier caso, las palabras
elegidas ayer por la banda tienen su utilidad. Para que su propuesta
resultase creíble, ETA estaba obligada a emplear una fórmula que superase la
«tregua indefinida» anunciada hace 8 años, por primera vez, pero que finalizó
cuando la banda consiguió rearmarse y comprobó que el Gobierno nacionalista
no iba a proporcionarle lo que pretendía.
En esta ocasión emplea los
términos «alto el fuego permanente».Fuentes procedentes de los contactos
establecidos entre el PSE y Batasuna resaltan que se trata de la terminología
utilizada por el IRA cuando decidió emprender su largo proceso de paz; que
este «alto el fuego» incluye no solamente el fin de los atentados sino
también el del terrorismo callejero y el cese de las amenazas al
empresariado, y que «nace con la vocación de ser definitivo».«Si no se emplea
el término 'definitivo' es porque esto implica la entrega de las armas y no
estamos en esa fase», precisan, sabedores de que el anuncio final no se
realizó en Irlanda hasta mediados de 2005.
Aseguran que, a pesar del
intento de mimetizarse con el proceso irlandés, en el caso vasco «está
garantizado» que no habrá un atentado de Omagh ni una escisión como la que se
produjo con el IRA auténtico. Y añaden que los informes policiales internos
que aseguran que un alto porcentaje de presos abogaba por «seguir» están
equivocados, porque «desde el otoño todo está resuelto y la orden fue acatada
por todos».
Los irlandeses realizaron una
negociación entre partidos y otra entre los terroristas y el Gobierno. En
este esquema se inspiró Anoeta y ése, como mínimo, el de fijar el
procedimiento, va a ser, al parecer, el triunfo de la izquierda abertzale.
Ayer el presidente anunció que
se tomaría su tiempo para analizar el texto y comprobar si se cumplen las
condiciones para pedirle al Congreso autorización para iniciar, oficialmente,
los contactos con ETA. Pero la mayoría de los partidos ya le han dicho sí.
Gaspar Llamazares (IU) anunció
que «vamos a explorar el camino»; Carod-Rovira (ERC) solicitó que «nadie
ponga impedimentos»; Iñaki Anasagasti (PNV) animó a que «no se mire con lupa»
el texto de ETA para descubrir «intenciones ocultas», y el BNG avisó al
Gobierno de que «va a contar con nosotros». Sólo el líder del PP, Mariano
Rajoy, puso la condición de no realizar concesiones políticas.
De modo que si el presidente no
considerara imprescindible el apoyo del mayor partido de la oposición para
iniciar su camino, -aunque ya ha avisado de que se trata de un proceso largo
en el tiempo- tendría, prácticamente, la vía expedita para abordar el asunto
de los presos o de los militantes actualmente en libertad, de creerlo
conveniente.
El anuncio de la banda también
puede haber desatascado la incómoda situación política de los partidos vascos
que llevan meses reuniéndose de forma discreta o secreta, según se trate,
para poner en marcha la otra mesa propuesta en Anoeta, que no podía iniciarse
oficialmente sin una declaración expresa del fin de la violencia, y que ha de
abordar el grado de autogobierno del País Vasco. Es decir, el proceso que ETA
dice querer facilitar en su comunicado.
El lehendakari, ayer, en un
nuevo intento de recuperar el protagonismo en este foro, se puso en contacto
con todos los partidos, incluida Batasuna. Precisamente esta formación es la
que está más pendiente del crédito que se le dé al anuncio de la banda porque
su futuro parece depender de ello.
Una información de Angeles Escriva publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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El fruto de años de contactos del PSE
La política
antiterrorista del Gobierno de Aznar sumió a la banda en una crisis que
permitió a Zapatero un cambio en la estrategia
MADRID.- El anuncio realizado
por ETA es el fruto, sobre todo, de una política antiterrorista rigurosa que
consiguió sumirla en una profunda crisis operativa y logró que su brazo
político estuviese al borde de comprobar el fortísimo aislamiento social y
político al que lleva la ausencia total en las instituciones.
Cabe recordar cómo los
dirigentes del aparato militar llegaron a ser detenidos apenas mes y medio
después de ser nombrados. O el profundo desasosiego en el que se vieron
sumidos al comprobar que las Fuerzas de Seguridad desarticulaban comandos
dispuestos a actuar. En cuanto a Batasuna, sus propios dirigentes reconocían
en documentos internos hace dos años que su ilegalización les había creado
unos problemas que ellos pudieron superar con su revitalización pública, pero
que sus militantes expusieron en el proceso Bide Eginez. En los pueblos
-aseguraron-, sin dinero y sin representación no hay forma de cohesionar a
los simpatizantes que se desmovilizan.
De modo que es cierto que si la
banda no ha cometido atentados mortales durante veintitantos meses es porque
no ha tenido voluntad de hacerlo. Pero también lo es que se vio abocada a
ello, y la mejor prueba la constituye el año sin asesinatos del Gobierno
Aznar, al que no parecían querer favorecer.
El ascenso al Gobierno de los
socialistas y el 11-M facilitaron a la izquierda abertzale la posibilidad de
cambiar de estrategia, sobre todo, cuando sus representantes comprobaron que
la vía abierta desde hacía ya cuatro años con Jesús Eguiguren, presidente del
Partido Socialista de Euskadi, era efectiva.
Durante todo ese tiempo, las
conversaciones tuvieron un alcance más que limitado, habida cuenta de que los
socialistas estaban en la oposición, pero esos encuentros adquirieron entidad
cuando Rodríguez Zapatero accedió al Gobierno, les dio el visto bueno e
incluyó elementos en su estrategia, fruto de las conversaciones que se
estaban produciendo, y cuya legitimidad podía ponerse en duda por dos
razones: porque se mantuvieron mientras estaba vigente el Pacto
Antiterrorista y porque fueron a más, mientras el Gobierno remitía al
Congreso el texto en el que se comprometía a no dialogar con ETA hasta que no
se pudiera comprobar que ésta abandonaba la violencia.
De modo que, cuando Batasuna,
después de embarcarse en el Foro de Debate Nacional para salir de su
aislamiento, anunció el acto de Anoeta, el presidente ya sabía cuál iba a ser
la oferta que se iba a realizar: dos mesas, una entre el Gobierno y ETA para
hablar de «asuntos militares», y otra para que los partidos abordasen la
«normalización de Euskadi», en el entendido de que el problema es la falta de
democracia y el nulo reconocimiento de los derechos del pueblo vasco.
La izquierda abertzale presentó
como un gran avance que, por primera vez en su historia, Batasuna se
encargase realmente de la parte política, pero Otegi, aquella noche, no
explicó qué pasaría si no se le aceptaba el proceso, y pareció quedar claro
-cuando trascendieron los papeles de Antza, el jefe del aparato político-,
que la banda quería tutelar el proceso y había realizado una planificación
hasta 2008 de los réditos que Batasuna podría obtener en una eventual
negociación.
Los problemas de receptividad
para Otegi por no condenar a ETA aquella noche fueron nulos, porque entonces
ya había convencido a sus interlocutores de que la banda ya había decidido
dejarlo y de que quien controlaba la mayor parte del entramado militar era
Josu Ternera, todo un histórico que empezó a ser considerado como un
posibilista .
Al mismo tiempo, en La Moncloa iba adquiriendo
entidad otra tesis: era posible reducir la relevancia del PNV y del plan
Ibarretxe mediante la pinza Gobierno-PSE con la izquierda abertzale. Fueron
motivos suficientes para que el presidente, al recibir la misiva de Otegi
explicándole la propuesta de Anoeta y asegurándole que era una oportunidad
para la paz, le diera carta de naturaleza y convirtiera así al líder de la
ilegalizada Batasuna en interlocutor.
El presidente, una vez más,
sabía el contenido de la carta antes de recibirla. No en vano, los contactos
del PSE con Batasuna se habían mantenido, a pesar de los atentados y de que
ETA asegurase que pensaba seguir utilizando la violencia hasta conseguir sus
fines: autodeterminación y territorialidad. Incluso un sector de los
socialistas navarros se reunió con Barrena.
Empezó a tomar una relevancia
inusitada el lenguaje gestual. Se sucedieron la resolución del Congreso, la
anulación, de facto, del Pacto por las Libertades; el vaciamiento de la Ley de Partidos, o las
declaraciones del propio presidente.
Según los muñidores del proceso,
a medida que pasaba el tiempo se ponía a ETA a prueba. Se le advertía de que
si se producía un atentado más, los socialistas dejarían de confiar en su
buena voluntad. Hubo un par de ocasiones en las que pareció que se habían
producido dificultades de comunicación. Tras el envío de unos paquetes bomba,
uno de los interlocutores aseguró: «Estos van a ser los últimos y ésa será la
prueba de que la cosa va bien». No fue así, pero los negociadores
consideraron que eran meros desajustes.
Y lo cierto es que una de las
primeras consecuencias de la nueva estrategia tuvo, desde el punto de vista
del Gobierno, un resultado positivo: el plan Ibarretxe desgastó al PNV en las
elecciones autonómicas y el lehendakari se vio en la necesidad de pactar ante
la evidencia de que él no era el centro de la «solución al conflicto», como
pretendía. En aquella época, cuando se preguntaba a algún consejero del
presidente si la vuelta de ETA al Parlamento no era un precio excesivamente
alto, éste respondía: '¿Y qué, si hemos anulado el plan y hemos disminuido al
PNV?'».
Mesa política
La izquierda abertzale se
enseñoreó de la escena pública vasca. Celebraba ruedas de prensa, convocó su
congreso en Barakaldo a semejanza de Anoeta y organizó manifestaciones como
la que respaldó a los asesinos de Baglietto.
En septiembre, este periódico
publicó que se habían producido contactos indirectos entre el Gobierno y ETA.
Tuvieron lugar antes del verano y en ellos las dos partes acordaron que,
hacia el mes de octubre del pasado año, ETA realizaría un anuncio que
permitiese la puesta en marcha de las mesas políticas y la legalización de
Batasuna para que pudiera estar presente en las municipales de 2007. Los
dirigentes de ETA adujeron «razones técnicas» para retrasar su anuncio, pero
los miembros del Gobierno no perdieron la calma. El presidente aseguró saber
algo que no reveló a la ciudadanía, pero que justificaba su optimismo sobre
el proceso.
Los socialistas que conocen el
proceso sostienen desde hace meses que a cambio, «simplemente», se les ha
aceptado la «metodología» de las dos mesas de negociación. A pesar de que ETA
ha venido insistiendo en que sus objetivos son irrenunciables, aseguran que
la banda se va a conformar con que el Gobierno reconozca lo que se decida en
la mesa de partidos «transversal»; respecto a la territorialidad, durante
mucho tiempo se mostraron confiados en que la banda aceptaría una especie de
institución compartida en los siete territorios. Y quedarían los presos, cuya
salida escalonada dependerá de una sociedad que siempre se ha mostrado
generosa.
Piensan que ETA no se atreverá a
romper el proceso, porque sabe que sus bases no soportarán una decepción más.
Y juegan con otro elemento: los terroristas son conscientes de que ningún
Gobierno del PP estará dispuesto a llegar tan lejos como uno liderado por
Zapatero. ETA y Batasuna así lo han argumentado en sus escritos, en los que
dicen que el presidente cree que tiene la segunda legislatura garantizada si
resuelve el Estatuto catalán y el problema vasco. Y han admitido que están
dispuestos a dársela.
La pregunta que las víctimas del
terrorismo plantean es: «¿Hacía falta todo esto en favor de una banda que
había sido derrotada?» Los socialistas, responden: «¿Y si no lo hubiéramos
intentado y hubiera habido un muerto más?» De todos modos, «¿quién se va a
acordar de los medios si el fin es el esperado?».
HITOS
Las conversaciones del PSE
tuvieron un alcance limitado hasta que Zapatero accedió al Gobierno y les dio
el visto bueno.
En septiembre este periódico
publicó que se habían producido contactos indirectos entre el Ejecutivo y ETA
y que ésta iba a realizar un anuncio.
Los terroristas son conscientes
de que ningún Gobierno del PP está dispuesto a llegar tan lejos como uno
liderado por este presidente.
Una información de Fernando Garea publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Las elecciones municipales de 2007, objetivo de
Batasuna
Batasuna tiene un objetivo muy
concreto y con fecha muy tasada: las elecciones municipales de 2007.
El entorno de ETA, con
cualquiera de los nombres que ha usado, tiene especial interés en poder
concurrir a esos comicios y volver así a los ayuntamientos. De hecho, una de
las consecuencias de la Ley
de Partidos que más daño les hizo fue la de sacarles de las corporaciones
locales, ya que suponía renunciar a una cuota importante de poder, de
capacidad de movilización en cada pueblo y, sobre todo, a la enorme cantidad
de recursos económicos que manejaban sus alcaldes y concejales. La Ley de Partidos permite
ilegalizar candidaturas que amparan el terrorismo, pero, obviamente, si éste
no existe, es imposible impedir que concurran a las elecciones.
Además, el Gobierno asegura que,
a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, Batasuna tiene cierta autonomía
respecto a ETA o, en el peor de los casos, no está sometida. La clave está en
el poder de José Antonio
Urrutikoetxea, Josu Ternera.
Una información de Fernando Garea publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Un comunicado que provocó lágrimas, brindis y
esperanza
MADRID.- El Congreso de los
Diputados es un sitio especial para vivir cualquier situación política. Todo
se siente con más intensidad, con más emoción, con más pasión. Y, ayer, con
un anuncio de «alto el fuego permanente» de ETA, se desbordaron los
sentimientos más que en ninguna otra ocasión.
Hubo muchas lágrimas de emoción.
De diputadas vascas y navarras. De jefas de prensa de partidos políticos. De
diputados que se derrumbaban ante la segunda pregunta. La gente lloraba a la
mínima de cambio.
Si en la tregua declarada por
ETA en la etapa de José María Aznar como presidente del Gobierno hubo
expectación, ayer, sobre todo, hubo emoción.
«Dale un abrazo enorme a
Zapatero de mi parte. Dile que lo haga bien, por favor, que esta vez salga
bien», le decía una diputada socialista navarra a un alto cargo de La Moncloa, segundos antes
de ponerse a llorar como una Magdalena tras recibir un SMS de un tal Koldo.
Era el sentimiento generalizado.
Eduardo Madina también tenía la sensibilidad a flor de piel. «Estoy como
todos los vascos, con un nudo en la garganta», decía en los pasillos del
Congreso sin querer y sin poder añadir nada más.
Parecida sensación era la de
Emilio Olabarría. El diputado del PNV no podía disimular su satisfacción.
«Esta vez, va a ser que sí, esta vez es de verdad», dijo antes de brindar por
la paz con un grupo de parlamentarias que ni eran de su partido. Luego, en
los pasillos, la palabra más dicha era «esperanza». Por un día, el debate
partidista quedó en un segundo plano en líneas generales, y el PP estuvo a la
altura.
Hasta al diputado de ERC Josep
Andreu no le importaba que el debate del Estatuto catalán pasara a un segundo
plano. «Estoy contento, lo que ha ocurrido es muy importante».
Una información de Manuel Sanchez publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Presos de ETA reciben con cánticos el anuncio de alto
el fuego
MADRID.- Los casi 500 presos de
la organización terrorista encarcelados en España reaccionaron de diferente
manera ante el anuncio de alto el fuego de los terroristas. Los abrazos,
cánticos y llamadas a familiares se multiplicaron durante la mañana de ayer.
Pero también hubo mucha indiferencia sin disimulos.
En algunos centros, según
fuentes penitenciarias, algunos destacados miembros se comportaron desde
primera hora de la mañana de forma diferente, lo que hace sospechar que
podían saber por anticipado el anuncio de ETA.
En cualquier caso, la palabra
euforia entre este colectivo no es la que sirve a los funcionarios para
definir la reacción de los presos. Más bien, la describen como alegría
contenida.
Las fuentes consultadas por este
periódico explicaron que, en la prisión de Jaén, varios etarras no quisieron
salir al patio y se quedaron, desde primera hora, pendientes de la
televisión. Esos presos no se pierden ni un solo día las horas de patio.
En la prisión salmantina de
Topas, la alegría de los internos se transformó en cánticos. «Hator, hator,
mutil etxera» (volver a casa muchachos) recorrió los pasillos del recinto
penitenciario.
Las llamadas de los presos a sus
familiares se multiplicaron durante la jornada de ayer. En la prisión
granadina de Albolote también se produjeron estos cánticos.
Según las mismas fuentes, fue
importante el número de presos de ETA que ayer no reaccionó de ninguna manera
al anuncio de la organización terrorista. Indiferencia fue la palabra
utilizada por los funcionarios consultados por este periódico. La Dirección General
de Instituciones Penitenciarias, añadieron, pidió a los centros que
realizaran un seguimiento preciso de cómo recibían los presos la noticia.
Una información de Fernando Lazaro publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Zapatero, satisfecho, busca el apoyo unánime del
Congreso
El presidente
concede importancia a que no se hable de tregua sino de «alto el fuego
permanente», tal y como hizo el IRA. El martes se reúne con Rajoy
MADRID.- José Luis Rodríguez
Zapatero buscará en las próximas semanas el apoyo unánime del Pleno del
Congreso de los Diputados para iniciar el proceso de paz, tras el anuncio de
«alto el fuego permanente» de ETA.
Lo hará, entre otras cosas,
porque asegura que se trata de un proceso que durará varias legislaturas y,
por tanto, debe contar con el respaldo de todos los partidos y,
especialmente, con el PP, el único que junto al PSOE está teóricamente en
condiciones de gobernar.
El presidente del Gobierno hizo
ayer ya una primera ronda de contactos, incluyendo al propio Mariano Rajoy.
La próxima semana se reunirá con ellos, empezando el martes por el líder del
PP, y a todos les propondrá dar cumplimiento a la moción aprobada en mayo de
2005 en el Congreso, según la cual la Cámara Baja debía autorizar cualquier proceso
de diálogo, siempre sobre la base de que no se pague precio político.
Zapatero intentará un acuerdo de
mínimos, que sea asumible para el PP y que no sirva para dividir aún más al
Parlamento. Si hay dudas, lo dejaría para una moción de las que cierran el
debate sobre el Estado de la
Nación a principios de mayo, en lugar de forzar un Pleno
específico.
El presidente del Gobierno dio
orden ayer a los suyos para que calmaran la euforia. El mismo suele evitar
sin inmutarse que su optimismo desbordante se visualice en inquietud y suele
alardear de su capacidad para controlar los tiempos.
Públicamente dijo que recorrerá
el camino «con calma, con prudencia, cubriendo cada etapa y cada paso, con el
máximo concurso de fuerzas políticas y, por supuesto, siempre en el ámbito de
lo que es la democracia y la legalidad, que son, en definitiva, las que
tienen que dar el empuje definitivo al fin de la violencia».
Por eso, fue cauteloso para no
asegurar en su comparecencia pública que el comunicado de ETA cumple ya las
exigencias de la moción del Congreso. Aseguró que lo estudiará sin prisa,
entre otras cosas porque hasta el viernes no se inicia el alto el fuego y
para contrastarlo con la información de las Fuerzas de Seguridad y los
servicios secretos.
«Me tomaré mi tiempo para
contrastar lo que fue la resolución del Congreso sobre un final dialogado con
la banda terrorista. Me tomaré mi tiempo», dijo en su comparencia en el
Congreso.
Sin embargo, Zapatero sí cree
que se cumplen las exigencias de la moción, que hablaba de «clara voluntad de
poner fin a la violencia».Por distintas vías, el presidente del Gobierno ya
ha constatado en las últimas semanas que existía esa voluntad, a falta de que
se hiciera en un comunicado público.
El presidente del Gobierno
utiliza últimamente en privado la expresión vértigo para explicar la
resistencia de los dirigentes de la izquierda abertzale a dar el paso de
sustituir la violencia por política. La palabra vértigo la utilizó un ex
lehendakari en una conversación reciente con Zapatero, y éste la ha hecho
suya.
Zapatero esperaba en los últimos
días el comunicado de ETA y ayer lo conoció, a través del CNI, poco antes de
hacerse público, cuando estaba reunido en La Moncloa con Miguel Angel Fernández
Ordóñez, ex secretario de Estado de Hacienda y nuevo consejero del Banco de
España.
El presidente concede especial
importancia al hecho de que ETA no utilice la palabra tregua, sino la
expresión «alto el fuego permanente».
Considera que supone un salto
sustancial, ya que es la misma expresión que usó el IRA irlandés cuando se
inició el proceso de paz en aquel país. Siguiendo el paralelismo con Irlanda,
el presidente del Gobierno augura un proceso «largo y difícil», porque apenas
se ha visto nada más que la voluntad de ETA de seguir ese camino, pero
quedando siempre muy claro que falta el comunicado de disolución o de entrega
de las armas que se producirá al final del proceso, previsiblemente en la
próxima legislatura. Zapatero puso en marcha ayer la hoja de ruta que había preparado
con muy pocos colaboradores en los últimos meses.Habló con la vicepresidenta,
María Teresa
Fernández de la
Vega; con los ministros José Antonio
Alonso, Juan Fernando López Aguilar y José Bono; con su jefe de Gabinete,
José Enrique Serrano, y con los responsables de la Secretaría de
Estado de Comunicación, Fernando Moraleda y Julián Lacalle; con los
dirigentes socialistas Alfredo Pérez Rubalcaba -de nuevo clave- y José Blanco; con
líderes del PSE y con las pocas personas con las que discretamente ha despachado
estos meses.
Lo primero será forjar el
consenso para que actúe el Congreso y le respalde en el inicio del proceso de
paz. Por eso habló con el lehendakari y con otros dirigentes políticos y de
todos obtuvo apoyo expreso, salvo del PP. Respecto a Rajoy, el presidente
percibió un cierto cambio en la sesión del Congreso, a falta de que el
«trasatlántico termine de virar». Por eso, Zapatero está convencido de que el
líder del PP terminará por apoyar sus gestiones o, en el peor de los casos,
no será beligerante.
Ya en las últimas semanas,
Zapatero asegura que había visto un ligero matiz porque Rajoy excluyó el
terrorismo de su discurso de cierre de la Convención y
porque el PP llevaba tres semanas sin preguntar sobre ETA en la sesión de
control.
Zapatero resumió esta esperanza
en su breve comparecencia de ayer en el Congreso al expresar su «máxima
confianza en el señor Rajoy y en el PP para esa tarea común que tenemos por
delante».
En todo caso, el proceso
previsto se iniciará cuando el Congreso dé su apoyo, entre mayo y abril. En
este momento existe ya un cauce establecido para ese futuro proceso. Es
decir, que ETA y su entorno saben dónde tienen que llamar para contactar con
el Gobierno y viceversa.
Dos mesas
aceptadas
Tanto el presidente como la izquierda
abertzale y ETA aceptan que las reglas del juego serán las de un diálogo con
la organización terrorista sólo sobre presos y prófugos, y otra estrictamente
política que tomaría la forma de reforma estatutaria.
Esa reforma tendría la garantía
del final exitoso del proceso de Cataluña, con las muchas diferencias
políticas que tiene con el País Vasco. De hecho, éste es el único paralelismo
que el presidente del Gobierno admite con Cataluña: el ejemplo de que era
capaz de llevar a cabo una reforma estatutaria.
No concede importancia al
párrafo del comunicado según el cual «al final de ese proceso los ciudadanos
vascos deben tener la palabra y la decisión sobre su futuro», porque, más
allá de la retórica habitual de la banda, es obvio que el final de una
reforma estatutaria es un referéndum como el que ocurrió en Cataluña y, en su
caso, en el País Vasco.
Zapatero no sólo no tiene ningún
inconveniente en que, en ausencia de violencia, Arnaldo Otegi y Rafael Díez
Usabiaga puedan ser interlocutores, sino que concede mucha importancia al
papel que puedan jugar los «políticos de la izquierda abertzale».
El presidente tiene garantías
del margen de maniobra que pueden tener esos dirigentes frente a ETA. Y los
cauces están tan establecidos y admitidos como que la actuación judicial
contra ellos no paraliza el proceso, aunque pueda dificultarlo.
LA 'HOJA DE
RUTA' DEL PRESIDENTE
Considera que es un proceso
«para dos legislaturas». Por eso, su primera iniciativa será lograr el apoyo
de todos los partidos, sobre todo del PP, y pedir el respaldo al Pleno del
Congreso. Luego, aceptará una mesa de partidos legales y otra de diálogo con
ETA sólo sobre presos y prófugos.
Una información de Fernando Garea publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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'Alto el fuego' en el Hemiciclo
Zapatero le
dice a Rajoy que el PP «es esencial» en el proceso, y el líder de la
oposición modula su discurso y ofrece colaboración, pero con condiciones
MADRID.- Silencio en La Maestranza. Un
silencio que no se había dado en dos años en el Hemiciclo del Congreso. Un
silencio respetuoso, tenso, de perspectiva histórica, que apabulló a todos
los presentes.
Fue en la sesión de control al
Gobierno en la Cámara
Baja, que ayer se saltó todos los reglamentos porque el
presidente, Manuel Marín, entendió, correctamente, que la situación lo
merecía.
El coordinador de IU, Gaspar
Llamazares, interpeló sobre el «alto el fuego permanente» decretado por ETA,
y no iba a preguntar por eso. El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida,
también, aunque mantuvo tímidamente su pregunta. Y el líder de la oposición,
Mariano Rajoy, hizo una declaración fijando posiciones ante la nueva
situación, sin utilizar el turno de réplica -ya se lo había anunciado a
Marín- y modulando posiciones.
El alto el fuego político, al
menos provisional, también entró en vigor ayer en el Congreso.
Rodríguez Zapatero llegó a la Cámara Baja
con una tonelada de responsabilidad en su rostro. Así salió del coche
oficial. Así estuvo en su intervención parlamentaria. Y así se reflejó en la
conferencia de prensa.
Llamazares, primero, le dio su
apoyo en el proceso, lo que también quisieron hacer PNV, EA y otros partidos
del Grupo Mixto, pero que no les fue posible al no tener cupo en la sesión de
control.
«Hoy se abre la puerta y el
camino para la paz, una puerta y un camino que serán largos y difíciles, pero
que ya están aquí», dijo el líder de Izquierda Unida.
Zapatero le brindó su primera
reflexión: «La posición del Gobierno es de cautela y prudencia. Todo proceso
de paz será largo y difícil, difícil y largo. Por tanto, creo que a ese
proceso estamos todos convocados y todos obligados. Confío en que ahora nos
una la esperanza, y nos una a todos la verdad. Esa va ser la posición y la
manera de trabajar del Gobierno».
Duran Lleida hizo lo mismo que
Llamazares. Dio su pleno respaldo al Ejecutivo. «Quiero expresar el apoyo al
Gobierno y pedirle la prudencia necesaria. Ustedes tienen el derecho y el
deber de intentarlo, incluso el derecho y deber de fracasar, si ese fuera el
caso, pero en cualquiera de los supuestos, tendrá el apoyo de este Grupo
Parlamentario».
Zapatero le brindó su
agradecimiento: «Gracias por sus palabras, que responden a una trayectoria de
su grupo, que en la lucha contra la violencia siempre ha mantenido una
actitud de responsabilidad, de ayuda y de cooperación a todos los gobiernos
de la Nación».
Pero todo el Hemiciclo esperaba
oír a Rajoy. El líder del PP, serenamente, se levantó y, tras recordar que la
misiva de ETA no era el comunicado «que nos hubiera gustado», fijó de forma
clara sus condiciones para la colaboración con el Gobierno en el proceso que,
irremediablemente, se abrirá.
«Primero», dijo, «no se puede
negociar políticamente, ni pagar ningún precio político a una organización
terrorista, porque en ese caso el terrorismo se convertiría en un instrumento
para hacer política y los terroristas habrían ganado la batalla».
«En segundo lugar», continuó,
«quiero decir que el Estado de Derecho, entendiendo por tal las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado y el Poder Judicial, deben seguir funcionando
aplicando la ley».
Y terminó con una frase clara y
contundente, que fue la que más se valoró en el Gobierno: «Con estas condiciones,
brindo mi apoyo y el de mi grupo al Gobierno para no pagar precio político,
para apoyar a las víctimas y para que el Estado de Derecho siga funcionando;
y mi más estrecha colaboración dentro de los principios que marca el Pacto
contra el Terrorismo».
El silencio seguía siendo total.
Zapatero se levantó. Nada más empezar a hablar, hubo algunos murmullos en las
filas populares, y el propio Jesús Posada, ex ministro del PP, pidió silencio
a los suyos.
«Todos sabemos que nos han
separado muchas cosas en los últimos tiempos», dijo Zapatero mirando a Rajoy,
«pero tengo el convencimiento y la confianza en que ustedes desean, igual que
todos los españoles, el fin de la violencia; que lo desean hacer a través de
la democracia, de la legalidad y de la sensatez».
Pero Zapatero fue más allá y
pidió expresamente el apoyo del PP, que considera vital.
«Señor Rajoy, mi actitud con
usted y con su grupo va a ser de máxima información, de máxima colaboración
para que podamos ver ese horizonte de esperanza que nos una. Quienes
representan a un número tan importante de ciudadanos son esenciales para que
este proceso concluya como todos deseamos».
Incluso, Zapatero acabó
elogiando a los populares. «Tengo confianza en ustedes, que han luchado mucho
por el fin del terrorismo, que han sabido mantener los principios de libertad
y principios de democracia y de Constitución. Como todos representamos esos
valores, como tenemos el mismo afán...».
Marín cortó la frase final del
presidente. No pasó nada, ya estaba todo dicho. Volvió el silencio.
Una información de Manuel Sanchez publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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El PP desconfía del Gobierno ante una tregua como la
del 98
Rajoy pone tres
condiciones a su «apoyo» a Zapatero: no pagar precio político, aplicar la Ley y respaldar a las
víctimas
MADRID.- Hacia fuera, prudencia.
De puertas adentro, una convicción, la de que no hay otra diferencia entre la
«tregua» del 98 y el «alto el fuego» de 2006 que la incertidumbre, en este
caso, sobre la actitud que vaya a adoptar el actual presidente, José Luis
Rodríguez Zapatero.
Los populares, que dejaron ayer
a Mariano Rajoy todo el protagonismo para fijar su posición frente al
comunicado de ETA, están persuadidos de que la banda ha dicho, con
eufemismos, lo mismo de siempre. Donde hasta hace pocas fechas decía
«autodeterminación», ahora escribe «decisión de los vascos»; donde antes
hablaba de «territorialidad», ahora exige el «reconocimiento de España y
Francia» de la referida voluntad de los vascos.
El propio título de la
declaración de los terroristas -«alto el fuego permanente»- representa para
las fuentes consultadas en el PP un mero esfuerzo -quién sabe si pactado- por
marcar la diferencia con la «tregua indefinida» -ya sólo recordada, en
expresión de Mayor Oreja-, como «tregua trampa». Si acaso, no faltaba ayer
quien temía que el nuevo «alto el fuego» excluya de modo más explícito que la
propia «tregua» la extorsión económica de ETA a través del llamado impuesto
revolucionario.
No es de extrañar, tras esta
primera lectura política que, en su primera declaración de carácter
institucional -que luego casi calcó en el Congreso de los Diputados-, Rajoy
calificara de «pausa» y «no renuncia» el anunciado cese de las actividades de
ETA.El presidente del PP puso el acento en la repetición del gesto etarra al
declarar que «es la cuarta vez que se nos anuncia un alto el fuego, tras dos
años de tregua en Cataluña y otra declarada el año pasado a los cargos
electos». Además, puso negro sobre blanco que el pretendido «proceso de paz»
al que ETA llama a los vascos a implicarse, no es, a sus ojos y los de su
partido, más que un «proceso de autodeterminación» con «las condiciones de
siempre».
Sea como fuere, no fueron los
eufemismos utilizados por ETA en su declaración lo que ayer preocupó a los
populares, sino el «calendario» que, aún a la espera de lo que hoy concrete
la banda en su segundo comunicado, advirtieron en el primero. Así, la inicial
invocación de ETA a un «nuevo marco» fue traducido inmediatamente en el PP
como un próximo y «nuevo Estatuto» distinto del de Gernika y más parecido al
plan Ibarretxe; su referencia a la «posibilidad de desarrollo de todas las
opciones políticas» se aplicó, literalmente, a la legalización de Batasuna y
su vuelta a los municipios en 2007. En cuanto al emplazamiento a «dejar de
lado la represión», los populares advirtieron un guiño explícito, no sólo a
la inacción de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado sino también de la Fiscalía y de la
política penitenciaria, incluido el acercamiento de presos etarras al País
Vasco.
Y es que lo que alertaba ayer a
los populares de este comunicado no es tanto el rosario de exigencias que de
él se desprende, sino la relación de sus muy concretas expectativas para un
futuro mediato. Más allá de la declaración institucional, el PP se movía en
la sospecha -o en la certeza, para ser más exactos-, de que buena parte de lo
pretendido por ETA en su comunicado ya se ha hablado en los contactos
reconocidos entre abertzales y socialistas.
Para el PP, la mesa de partidos
con una Batasuna rehabilitada y sentada entre ellos y un segundo plan
Ibarretxe con pretensiones soberanistas se entrevén sin dificultad en el
horizonte dibujado por ETA, cuya declaración, a pesar de la prudencia, fue
saludada sin objeciones concretas por parte del Gobierno. Además, en la
cúpula del PP a nadie escapó la «manifiesta correlación cronológica» que
-como mínimo- se dio ayer entre el comunicado etarra y el reconocimiento que
hizo el Congreso de la nación catalana, la víspera misma, durante la votación
del Preámbulo del Estatuto de Cataluña. «Han optimizado lo de ayer», decía un
dirigente del PP.
La expresa vinculación que los
populares hacen entre el llamado «proceso de paz» y la aceptación de las
«naciones» vasca y catalana ha dejado de ser una tesis minoritaria,
abanderada por el eurodiputado Jaime Mayor Oreja, para ser pacíficamente
admitida por los dos sectores -el duro y el moderado- que ahora pugnan en el
seno del partido.
Pero éstos coinciden en el
diagnóstico, no aún en la estrategia. Rajoy se limitó ayer a colocar en
Zapatero la responsabilidad de la respuesta al alto el fuego de ETA y a
ofrecerle su «apoyo» y «colaboración» en el marco del Pacto Antiterrorista y
con tres condiciones: no pagar un precio político a los terroristas «porque
entonces habrían ganado»; que el «Estado de Derecho siga cumpliendo con sus
obligaciones»; y que se respalde a las víctimas.
Así, y a la espera de su
entrevista con Zapatero, confirmada para el próximo martes, Rajoy optó ayer
por mantener el perfil menos combativo -a pesar de lo ya dicho- hacia el
presidente del Gobierno. La desconfianza hacia la promesa que hizo ayer el
jefe del Ejecutivo de que dará la «máxima» información al líder del PP era
manifiesta en el partido. Pero la decisión de Rajoy y de su círculo más
estrecho fue esperar y escucharle. Si la entrevista fracasa y se confirman
las expectativas sobre «la falta de fiabilidad de Zapatero», algunos no
descartan que el propio Rajoy dé el paso, en el pleno del día 30 sobre el
Estatuto de Cataluña, de reprochar al presidente el reconocimiento de la
«nación» como una suerte de pago político anticipado en el anunciado proceso
de «paz».
INTERPRETACION
DEL 'ALTO EL FUEGO'
«Supone reafirmar su voluntad de
seguir existiendo, no se arrepiente de nada y no pide perdón a las víctimas.
Su objetivo es el derecho de autodeterminación e impone las condiciones de
siempre. En estas circunstancias no se puede pagar ningún precio político
porque habrían ganado».
Una información de Carmen Remirez de Ganuza publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Unidad de todos y apoyo al Ejecutivo
MADRID.- Gaspar Llamazares
aplaudió ayer el anuncio de ETA y pidió, por encima de todo, «la unidad» de
los partidos frente al terrorismo y una actitud «responsable» del Gobierno.
En nombre del grupo de Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya Verds (IU-ICV) en el Congreso de los
Diputados, afirmó que este anuncio «no colma las aspiraciones» de su grupo,
porque deseaban una declaración de cese definitivo de la violencia sin
condiciones. No obstante, añadió: «Hoy se abre una oportunidad para la paz y
una puerta para el punto final».
Indicó que este anuncio
demuestra que lo que dijo el presidente del Gobierno hace unas semanas sobre
«el inicio del fin de la violencia» era solvente y, además, que la estrategia
que aprobó el Congreso -debatir sobre un proceso de paz si ETA deja las
armas- «ha sido la correcta». Pidió el apoyo de todas las fuerzas al
Ejecutivo socialista.
El proceso de paz que ahora se
vislumbra exigirá, según Llamazares, medidas para facilitar la distensión y
la convivencia en el País Vasco. «Si el alto el fuego se convierte en un
desarme, habrá que desarmar también la legislación», añadió, en referencia a
una derogación de la Ley
de Partidos. Todo ello, dijo, sin olvidar nunca a las víctimas.
Una información de Agustin Yanel publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Acercar los presos al País Vasco
MADRID.- Francisco Rodríguez,
diputado del Bloque Nacionalista Galego (BNG), calificó de «una buenísima
noticia» el anuncio de ETA. «Esperemos que sea recibida de forma positiva por
el Gobierno y todos los partidos», dijo.
Este diputado nacionalista
gallego indicó que el Gobierno socialista va a contar con su partido «para
lograr la desaparición de ETA por vías democráticas».
«Se abre una etapa muy
esperanzadora, y el BNG va a contribuir con todas sus fuerzas a que sea para
el final de las manifestaciones terroristas en todo el Estado español»,
añadió.
Hizo un llamamiento para que,
ante esta oportunidad, «acabe la utilización del terrorismo con fines
partidistas», en referencia al PP, aunque sin citarlo.
Por su parte, la diputada de
Nafarroa Bai (NB), Uxue Barkos, opinó que tras este anuncio de ETA, el
Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero debe acercar los presos de la
organización terrorista a las cárceles del País Vasco.
Esta diputada hizo un
llamamiento a todas las partes implicadas en el proceso de paz, para que
actúen de manera «seria y responsable» ante lo que calificó como «una de las
mejores noticias» para empezar a trabajar por la consecución de la paz en el
País Vasco.
Una información de Agustin Yanel publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Aznar reprocha al Gobierno la «visión derrotista» del
«trato» con ETA
MADRID.- El ex presidente del
Gobierno, José María Aznar, reprochó ayer al Ejecutivo de José Luis Rodríguez
Zapatero, a los pocos minutos de conocerse el alto el fuego de ETA, que
«regresa a aquella visión tan derrotista del trato con los terroristas».
Aznar, que intervino junto a
Manuel Fraga y Mariano Rajoy en la presentación del libro de Manuel Penella
sobre Los orígenes y la evolución del Partido Popular -editado por Caja
Duero-, renunció de manera expresa a hacer cualquier otra declaración, a
preguntas de los periodistas, acerca del comunicado de ETA.
Lo que sí hizo durante su
alocución fue contrastar el derrotismo del Gobierno con la convicción del PP
de «la posibilidad cierta y demostrada de que nuestra democracia le gane
definitivamente la partida a quienes desde hace 40 años quieren acabar con
ella».
Manuel Fraga, por su parte, se
limitó a advertir frente a la posibilidad de que persista la extorsión
económica de ETA a pesar de la declaración del alto el fuego.
Una información de Carmen Remirez de Ganuza publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Ibarretxe inicia los contactos para constituir la mesa
de partidos fuera del Parlamento
El
'lehendakari' reitera que cuenta con Batasuna para abrir una fase preliminar
de diálogo «integrador» y lograr un acuerdo que será sometido a una consulta
popular
VITORIA.- El lehendakari, Juan
José Ibarretxe, inició ayer los contactos con los partidos políticos vascos
para la puesta en marcha de la mesa de partidos de acuerdo con un guión ya
prefijado, que sólo exigía la declaración de alto el fuego de ETA. Sin
esperar a conocer las consecuencias de la decisión de la banda terrorista a
corto plazo, Ibarretxe anunció, por medio de una declaración institucional
del Consejo de Gobierno, que ha planteado a las fuerzas políticas vascas «el
inicio de una fase preliminar de diálogo sin exclusiones» para abordar a
continuación «la constitución de la mesa de partidos».
El objetivo de esta mesa
extraparlamentaria, en la que participará Batasuna, será «alcanzar un acuerdo
integrador para la normalización política que será sometido después a
consulta popular». Ibarretxe concluyó su intervención con una frase que
resume las intenciones de los nacionalistas, objetivos que, por otro lado, no
han ocultado desde que se empezó a hablar de la mesa de partidos. «Es tiempo
de que la sociedad vasca pueda decidir, en paz y en libertad, su propio
futuro», aseguró el lehendakari con una afirmación que va mucho más allá de
las buenas intenciones y habla a las claras del proyecto de separación de
España.
Las únicas alusiones al papel
del Estado en este proceso que Ibarretxe quiere poner en marcha sin pérdida
de tiempo surgieron al mencionar el contacto telefónico que ayer mantuvo con
el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. «Le he transmitido
mi plena disposición personal y la de mi Gobierno para allanar el proceso de
pacificación. Asimismo, le he transmitido mi compromiso para desarrollar con
él un proceso de diálogo leal y sincero sobre cuestiones políticas referidas
al proceso de normalización».
Acompañado por los miembros de
su gabinete, reunido de forma urgente a las 14.00 horas, Ibarretxe compareció
dos horas y media después en el palacio de Ajuria Enea, un escenario
reservado a los momentos más solemnes, para hablar de «un nuevo tiempo» y «un
futuro mejor» y dar lectura a la declaración institucional.
Ibarretxe conoció la
confirmación del «alto el fuego permanente» en el transcurso de una reunión
con el presidente de CiU, Artur Mas, que visitó Vitoria tras la aprobación
del Estatuto de Cataluña en la Comisión
Constitucional del Congreso. Visiblemente satisfecho,
transmitió la «alegría» del Gobierno vasco «porque, por fin, ETA ha escuchado
a la sociedad vasca» y aseguró valorar positivamente la declaración de alto
el fuego.
Luego, apareció en su discurso
la única sombra de duda. «La sociedad vasca exige la desaparición plena y
definitiva de todas las acciones y manifestaciones de violencia y demanda con
firmeza el respeto de los Derechos Humanos y las libertades de todas las
personas», aseguró. En este punto señaló que es obligación de ETA no frustrar
«la ilusión de nuestro pueblo», y de los partidos políticos e instituciones
el «hacer universal e irreversible el proceso de paz».
Ibarretxe mencionó a las
víctimas para asegurar: «Todos debemos ser capaces de mostrar un
reconocimiento sincero a las víctimas que siente las bases del camino para la
reconciliación». La declaración incide, también, en destacar que existe «un
conflicto de naturaleza política en Euskal Herria» y que éste debe resolverse
por las vías políticas.
Una información de Oscar Torres publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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«Es una decisión valiente»
Batasuna
reclama a los gobiernos español y francés un diálogo «sin exclusión
territorial ni ideológica»
SAN SEBASTIAN.- «Es una decisión
valiente y comprometida». Así valora Batasuna el anuncio de un «alto el fuego
permanente» por parte de ETA. Pernando Barrena, portavoz de la formación
ilegalizada, compareció públicamente junto a otros tres dirigentes de la
izquierda abertzale ante más de medio centenar de periodistas para formular
una declaración en castellano después de que fuera leída en euskara y
francés.
El dirigente de Batasuna subrayó
la «enorme importancia política» de la decisión de ETA que, en su opinión, es
una gran oportunidad «para avanzar hacia la paz y poner en marcha un proceso
democrático en el conjunto de Euskal Herria».
El político navarro, en nombre
de la Mesa Nacional
de Batasuna, emplazó a los gobiernos de España y Francia a «abrir una nueva etapa
política», y les instó a «desactivar todas las medidas represivas y
condicionamiento de la actividad política». En este sentido, insistió en que
los dos ejecutivos deben facilitar «un proceso de diálogo y de negociación
política bajo la referencia clave de respeto a la palabra de la ciudadanía
vasca».
Durante la conferencia de
prensa, en la que no se permitió a los informadores preguntar, Barrena
reclamó la constitución de una mesa de diálogo «con anclajes sólidos, sin
exclusión territorial ni ideológica alguna».
La izquierda abertzale entiende
que se ha llegado a la actual situación porque «miles de personas han
persistido en su lucha por el reconocimiento de los derechos que asisten a
Euskal Herria como nación». Barrena añadió que su formación mantendrá «el
compromiso con este país basado en el respeto a la voluntad
mayoritaria».Finalizó su alocución pública haciendo un llamamiento para que
«la sociedad vasca salga a la calle, es fundamental», recordando las
movilizaciones previstas para los próximos días.
Por la mañana, minutos antes de
que se hiciera pública la decisión de la banda terrorista, Barrena dijo que la Audiencia Nacional
es «una bomba de relojería que hay que desactivar».
Una información de Xabier Garmendia publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Exige el fin de «toda violencia y coacción»
BILBAO.- No cabía esperar otro
sentimiento que el del optimismo por parte de los partidos que conforman el
tripartito, aunque, en el caso del PNV, la «esperanza» e «ilusión» que
transmitió su presidente, Josu Jon Imaz, estuvieron acompañadas de la
exigencia a ETA de nuevos pasos.
Mientras Imaz reclamó que el
alto el fuego sea «irreversible» y vaya acompañado de «la desaparición de
todo tipo de violencia y coacción», la presidenta de EA, Begoña Errazti, y el
coordinador de EB, Javier Madrazo, consideraron que ha llegado el momento de
poner en marcha, junto a Batasuna, la mesa de partidos que debe abordar el futuro
del marco jurídico-político en Euskadi.
Una información de Roberto L. de Calle publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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López pide «responsabilidad» a los partidos
BILBAO.- El secretario general
de los socialistas vascos, Patxi López, hizo ayer un llamamiento a todos los
partidos para que «sin excepción y sin fisuras» se vuelquen en la
consolidación del proceso de paz para «no defraudar las esperanzas de la sociedad
vasca y del conjunto de España».
López, que leyó el comunicado
elaborado por la Ejecutiva
del PSE-EE con motivo de la declaración del alto el fuego por parte de ETA
sin admitir preguntas de los medios de comunicación, instó a todas las
fuerzas a hacer política «con visión de país, y con sentido de Estado» en
estos momentos, «dejando los partidismos a un lado y con sentido de la
responsabilidad».
Una información de Belen Ferreras publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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San Gil cree que «ETA no ha cambiado»
BILBAO.- «ETA no ha cambiado un
ápice: sigue siendo la misma de siempre». Así advirtió ayer la presidenta de
los populares vascos de los riesgos que, a su juicio, tiene hacer lecturas
diferentes del último comunicado de la banda terrorista. Además, María San
Gil dejó claro al lehendakari Ibarretxe que su formación no participará en
ninguna mesa extraparlamentaria «donde se legitime la presencia de terroristas».
Una información de Marcos Iriarte publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Carod: «El proceso es irreversible»
El líder de ERC
pide que se dé «el próximo paso», Maragall felicita a Zapatero y Mas reclama
al PP que esté «a la altura»
BARCELONA.- El alto el fuego de
ETA se acogió en Cataluña con unánime satisfacción. También con desconfianza,
al menos en los círculos nacionalistas, hacia el Partido Popular y el uso que
pueda hacer del comunicado de la banda terrorista ETA.
El presidente de la Generalitat, Pasqual
Maragall, esperó hasta las 19.00 horas para hacer una valoración de la
noticia del día. En su declaración institucional -no aceptó preguntas-, el
presidente catalán quiso ponerse al lado de su homólogo español, José Luis
Rodríguez Zapatero, «que ha hecho todo esto posible», y tuvo un recuerdo para
«los ciudadanos del País Vasco, de Cataluña y de toda España que han sufrido»
la violencia terrorista «largamente».
Además de manifestar su
«satisfacción por el proceso que se inicia», Maragall afirmó que «estamos
ante una gran oportunidad para la paz en Euskadi» y que «toda España y Europa
entera comparten este sentimiento». El presidente de la Generalitat también
expresó su «recuerdo y afecto por las víctimas del terrorismo», y, después de
señalar que «el proceso, que será largo, no pasa por las armas, sino por las
urnas», afirmó: «Ojalá se haya comenzado a escribir la última página de esta
pesadilla».
El que hasta 28 de enero de 2004
fuera su primer consejero, Josep Lluís Carod-Rovira, también se felicitó por
el alto el fuego, «resultado de muchos esfuerzos políticos, de muchos y
determinados sacrificios personales». «Valió la pena», afirmó el líder de Esquerra
Republicana de Catalunya (ERC), en clara referencia a su salida del Govern
tras la reunión en Perpiñán con representantes de ETA.
Carod subrayó que la expresión
«alto el fuego permanente» es «nueva en ETA», y recordó que «es la misma que
el IRA utilizó antes de la negociación política». Dijo que «todas las partes
han hecho las cosas bien», e instó al Gobierno a aprovechar la oportunidad de
lograr la paz: «ETA ha hecho lo que tenía que hacer; ahora el Estado tiene
que dar el próximo paso, y espero y deseo que lo dé adecuadamente».
El presidente de Esquerra apuntó
que, en su opinión, «estamos ante un proceso irreversible», que puede llevar
«al abandono definitivo de las armas por parte de ETA», y pidió, en alusión
al PP, que «ninguna formación ponga barreras porque lo conduzca un partido y
un Gobierno que no es el suyo».
También con «prudencia y
esperanza» acogió el líder de Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, el
anuncio de la banda. Prudencia, «porque con gente como ésta nunca se sabe lo
que puede pasar», y esperanza, porque está «casi convencido, al margen
incluso del comunicado, de que Euskadi va a resolver ese gran reto por
recuperar la paz».Mas también solicitó al PP que «esté a la altura de las
circunstancias y no utilice una oportunidad de paz para erosionar a nadie».
Una información de Daniel G. Sastre publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Máxima cautela y prudencia en Europa a la espera de
las decisiones de Madrid
La Unión sólo podría intervenir en el proceso revisando, por
decisión unánime de los 25 socios, su lista de organizaciones terroristas en
la que está incluida Batasuna
BRUSELAS/MADRID.- Máxima cautela
y respeto a las decisiones que adopte el Gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero fue, ayer, la tónica general que mantuvieron los Ejecutivos europeos
tras conocerse la noticia del anuncio, por parte de la banda terrorista ETA,
de un «alto el fuego permanente».
De hecho, la Unión Europea como
tal poco más puede hacer. Ahora, toca ofrecer respaldo pleno al Gobierno de
Madrid y, en su momento, si las cosas progresan, proceder a la revisión de la
lista de organizaciones terroristas en la que está incluida Batasuna.
Esta decisión, que sería de la
máxima trascendencia, sólo puede ser adoptada por unanimidad en el Consejo
Europeo que, casualmente, se reúne hoy y mañana para su cumbre de primavera.
Ayer, Javier Solana, alto
representante para la
Política Exterior y de Seguridad de la UE, se limitó a recalcar que
la tregua «es una buena noticia para los españoles y los europeos».
Por su parte, el presidente del
Parlamento Europeo, el también español Josep Borrell, pidió la «unidad de
todas las fuerzas políticas» cuando, dijo, se «vislumbra un horizonte sin
violencia terrorista». No obstante, Borrell recordó que no corresponde a la Eurocámara «promover»
ninguna iniciativa sobre un proceso de paz en España.
Entre la confusión y el
desconocimiento, la
Comisión Europea no publicó, como se había previsto, ningún
comunicado. Al final, el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, se
decidió a comentar el anuncio con «prudencia». «Hemos asistido a otros
momentos donde la esperanza parecía renacer, pero que finalmente han acabado
mal, han acabado con más muertes», recordó.
La actitud extremadamente
cautelosa que expresaron ayer los altos cargos de Bruselas se repitió como un
calco en las capitales comunitarias. Nadie lanzó las campanas al vuelo.
En todos los casos el anuncio de
la banda terrorista se considera, por ahora, como una puerta abierta a la
esperanza y poco más.
Todos los socios de la UE expresan su plena
solidaridad y respaldo a España, pero lo cierto es que, con excepciones
evidentes como es el caso de Francia, en buena parte de Europa el problema
del terrorismo etarra se ha contemplado a la hora de la verdad con muchos
matices.
La mayoría de los medios de
comunicación europeos, por ejemplo, se refieren a la banda como la
«organización separatista», y en ámbitos significativos se ha llegado a
adoptar una postura de equidistancia, dando credibilidad a las acusaciones de
tortura y falta de respeto a los derechos humanos que se han vertido contra
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españoles.
Países como Bélgica, por
ejemplo, se han resistido largamente a entregar a España a miembros de la
banda sobre los que pesaban graves acusaciones. Otros, como Portugal
mantienen inalterable una legislación garantista al máximo que impide, pese a
la buena voluntad de los gobiernos, la extradición de colaboradores y
cómplices.
A todo ello se suma el hecho de
que, tras el 11-S y posteriormente los gravísimos atentados de Casablanca,
Bali, Madrid y Londres, entre otros, la atención internacional y la
preocupación de las fuerzas políticas se ha centrado exclusivamente en la
acción del terrorismo de signo islamista.
ETA es, en el ámbito europeo, un
reducto de violencia que afecta en exclusiva a España y, en mucha menor
medida, a Francia, cuyos sucesivos gobiernos han sido, sin ninguna duda, los
principales apoyos que ha tenido Madrid en su combate contra el terrorismo.
En el terreno de la ayuda
europea, los pasos más significativos se dieron durante la etapa del Gobierno
del Partido Popular, empeñado en conseguir una colaboración unánime de todos
los socios comunitarios para acorralar a ETA.
La insistencia machacona de
Aznar en este terreno permitió avanzar decisivamente en la definición de una
política común de seguridad y justicia, que incluye el instrumento clave de
la llamada euroorden. Además, ETA y su brazo político, Batasuna, quedaron
incluidas en las listas de organizaciones terroristas tanto de la Unión Europea como
en la del Departamento de Estado de EEUU. Este último paso ha sido esencial.
Las expresiones de solidaridad y
respaldo de todos los socios de la
Unión, y en general de la comunidad internacional, cada vez
que ETA ha atentado en los últimos años han sido unánimes, pero la verdadera
colaboración, comprometida y eficaz ha sido Francia quien la ha demostrado
sin relajo.
Una información de Maria Ramirez y Marisa
Cruz publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Villepin: «Francia está al lado de España para acabar
con el terrorismo»
PARIS.- El comunicado de ETA
divulgado ayer menciona en dos ocasiones al Estado francés como actor
invitado del «nuevo proceso iniciado», aunque el Gobierno de París no ha
caído en la trampa de involucrarse.
En caso de hacerlo, podría
arriesgarse a una discusión territorial y tendría que intervenir igualmente
en relación al porvenir de los 150 presos de ETA que actualmente se
encuentran detenidos a este lado de los Pirineos.
Un comunicado del Ministerio de
Asuntos Exteriores aseguraba: «Francia no comenta el comunicado de ETA ni se
entromete en un asunto que concierne directamente a la soberanía española.
Deseamos, en todo caso, que la paz pueda triunfar de manera definitiva».
No obstante, el premier
Villepin, asediado por los estudiantes y los sindicatos, hizo un hueco en la
agenda para telefonear a Zapatero y congratularse con las esperanzas de un
camino de paz.
«El alto el fuego es una buena
noticia. Francia está al lado de España y lo seguirá estando para terminar
definitivamente con la plaga del terrorismo», señaló el premier francés en
conversación con su homólogo.
La llamada de Villepin se
producía unas horas después de que el presidente de la República, Jacques
Chirac, aludiera en un comunicado a las expectativas que puede suponer el
alto el fuego de la banda.
También el titular de Interior,
Nicolas Sarkozy, pudo felicitar a su colega Alonso en el encuentro bilateral
que ambos se concedieron en Heiligendamm (Alemania), aunque no hubo
valoraciones sobre el comunicado.
Sí hablaron de la «colaboración
ejemplar» entre los Gobiernos de España y de Francia en materia
antiterrorista. De hecho, una de las principales connotaciones que ETA ha
adquirido en el territorio galo consiste en el incremento de las operaciones
policiales y judiciales.
La noticia del alto el fuego de
ETA se produce apenas unos días antes de que los Reyes de España vayan a
realizar un viaje oficial de tres días en territorio francés. Don Juan Carlos
y Doña Sofía aterrizan en París el lunes y se llevan en la agenda, tal como
estaba previsto, la cuestión de la colaboración antiterrorista.
Una información de Ruben Amon publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Gran Bretaña y EEUU dan la «bienvenida» al anuncio de
tregua
LONDRES.- El Gobierno británico
dio ayer «la bienvenida» al comunicado de ETA. «Ahora esperamos que los
compromisos que contiene el comunicado sean puestos en práctica», señaló en
Londres el portavoz del primer ministro, Tony Blair. «Cualquier decisión
interna que tenga que ser tomada acerca de las negociaciones compete
exclusivamente al Gobierno español. Una cosa que hemos aprendido de Irlanda
del Norte es que el apoyo externo puede ser útil, pero los detalles tienen
que ser solucionados por las distintas partes sobre el terreno. Esta es la
guía de nuestra conducta».
Irlanda del
Norte
Desde Belfast, el líder del Sinn
Fein, Gerry Adams, fue más explícito. El católico instó al Gobierno español a
responder «creativa y positivamente» a la tregua. Adams recordó haber estado
involucrado en los esfuerzos por promover un proceso de paz en el País Vasco
y haber mantenido conversaciones con todos los partidos vascos, incluida
Batasuna.
«El comunicado de ETA ofrece a
todas las partes del conflicto una oportunidad de proporciones históricas»,
señaló. «El anuncio abre las puertas al desarrollo de un proceso de
resolución del conflicto. Es importante que todas las partes aprovechen esta
oportunidad y hagan todo lo que esté en su mano para que el progreso político
sea una realidad».
Añadió que el Sinn Fein cree en
un proceso inclusivo de diálogo en el que la clave sea que «españoles y
vascos» sean tratados con igualdad. «Todas las posibilidades han de estar
incluidas en la agenda para ser discutidas», afirmó Adams, para quien el
Gobierno español «debería intervenir de inmediato para parar los juicios
políticos contra líderes de Batasuna, incluido Arnaldo Otegi».
EEUU
El Gobierno de EEUU, siguiendo
el eco llegado de Europa, dijo ayer que «cualquier paso decisivo de ETA para
dejar la violencia debe ser bienvenido». El portavoz del Departamento de
Estado, Sean McCormack, destacó en conferencia de prensa que EEUU va a estar
«en contacto con el Gobierno español para conocer los detalles y el
desarrollo del anuncio».
Al ser preguntado por si
Washington estaría dispuesto a prestar apoyo a España en el proceso que puede
abrirse ahora para afianzar el fin de la violencia, el portavoz insistió en
que «vamos a estar en contacto los próximos días» con las autoridades españolas
para conocer los pormenores de la situación.
Lo que sí dejó claro McCormack
es que EEUU y España son «aliados en la guerra contra el terrorismo» porque
ambos países conocen el sufrimiento que provoca.
Una información de Ana Romero publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Un llamamiento a la prudencia y a no ceder ante la
'trampa' de ETA
Escepticismo,
cautela y temor al fantasma del anterior alto el fuego frustrado son los
sentimientos de quienes han sufrido la barbarie
BILBAO.- Escepticismo, cautela y
el fantasma de un pasado similar que acabó frustrado. Son los sentimientos
mayoritarios que ayer inundaban las mentes de quienes han sufrido, en primera
persona, la barbarie de ETA nada más conocer el «alto el fuego permanente»
decretado por la banda terrorista.
Sus voces, habitualmente
cuestionadas por algunos partidos nacionalistas, expresaron ayer a este
periódico el deseo de este colectivo por alcanzar una paz duradera y
verdadera.
Su ruego común: que no se
realice ninguna concesión política a la banda terrorista que tanto dolor ha
causado a sus familias y al conjunto de la sociedad vasca y española.
Algunos, sin embargo, entienden
que estas concesiones ya han empezado. Así lo ve la catedrática de la Universidad del País
Vasco (UPV-EHU) y concejala socialista en el ayuntamiento de Getxo, Gotzone
Mora, quien sostiene que, en los próximos meses, se harán evidentes las
cesiones realizadas por el Gobierno, precisamente, para lograr el anuncio de
ayer.
En este mismo sentido, Consuelo
Ordoñez, representante de Covite, exige que la declaración de «alto el fuego
permanente» no condicione la actuación de la Justicia respecto al
terrorismo y su entorno.
Desde la Asociación de
Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz no duda en calificar
este anuncio de alto el fuego como una nueva trampa de los terroristas.
Natividad Rodríguez, por su parte, considera «insuficiente» el paso dado por
ETA si no está acompañado, además, por hechos concretos que traigan verdadera
libertad al País Vasco y a Navarra.
El hijo del fiscal jefe del
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía asesinado por ETA, Luis Portero,
recuerda, por su parte, que no se dan las condiciones para iniciar un proceso
de diálogo con los terroristas, de quienes espera una petición de perdón para
con las víctimas.
F. J. ALCARAZ:
«Se trata de una trampa y un chantaje»
El presidente de la Asociación de
Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, calificó de «trampa y
chantaje» el anuncio de ETA, ya que, según dijo, «se trata de un alto el
fuego condicionado a que se cumpla su principal reivindicación, que es la
independencia de la
Comunidad Autónoma vasca». Alcaraz manifestó que aunque
cualquier cese de la violencia tiene que ser acogido como una noticia
positiva desde la asociación, lo que se espera es que «entreguen las armas y
se pongan a disposición judicial» para cumplir de esta forma «las condenas
por los delitos que han cometido».
GOTZONE MORA:
«Esto no es lo que nos anunció el Gobierno»
La concejal por el PSE-EE en
Getxo, Gotzone Mora, precisó ayer que el anuncio de ETA «no es lo que nos
había anunciado el Gobierno».Mora consideró que nada tiene que ver el
comunicado de ayer con «el cese definitivo de la violencia», que permitiría
al Ejecutivo iniciar un diálogo con los terroristas, y advirtió a Zapatero de
que se estará «echando en sus brazos» si lo hace. «Lo único que está claro es
que ETA se constituye como vigilante de ese proceso que ella misma ha
definido», apuntó. «En los próximos meses», dijo, «se aclararán las dudas»
sobre qué «concensiones» ha hecho el Gobierno para lograr este alto el fuego.
N. RODRIGUEZ:
«El anuncio debe corroborarse con hechos»
Natividad Rodríguez, viuda del
socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA, opinó que el anuncio es «un
paso insuficiente» porque tienen que cesar también la extorsión y la kale
borroka. Señaló que el comunicado es «un motivo de alegría y de esperanza y
el primer paso que era necesario dar», pero que «tiene que estar corroborado
por hechos». Tras pedir a los partidos unidad, agregó que espera que el
Gobierno, «en su actitud de firmeza, compruebe efectivamente la voluntad de
dejar las armas y, sobre todo, que no quite la protección ni deje de mantener
la línea que ha tenido hasta que todo eso esté comprobado».
CONSUELO
ORDOÑEZ: «Si hay un precio, lo pagaremos nosotros»
La portavoz de Covite en el País
Vasco y miembro de la
Fundación Gregorio Ordóñez, Consuelo Ordóñez, consideró
«una buena noticia que los asesinos digan que no van a seguir matando», pero
puntualizó que se abre una época de «grandes incertidumbres». Entre ellas,
«la actitud del Gobierno, porque no sabemos si va a cumplir su palabra de que
no habrá un precio político». «Si hay un precio político, ya sabemos quién lo
va a pagar. Las víctimas, que ya hemos pagado con nuestra vida o la de
nuestros familiares, seremos las que volvamos a pagar el coste del mal
llamado proceso de paz», afirmó.
LUIS PORTERO:
«No se dan las condiciones para empezar a hablar»
Luis Portero, que lleva el mismo
nombres que su padre -el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía asesinado por ETA-, dijo que el alto el fuego «no es permanente,
sino un alto en el camino hasta que haya un referéndum sobre la
autodeterminación».Aseguró que «no es el abandono definitivo de la violencia
terrorista que pide la resolución del Parlamento para empezar a hablar con
esta gente». Por tanto, consideró que «no se dan las condiciones que reclama
el propio Gobierno para empezar a hablar ni tampoco las que pedimos las
víctimas». «Hemos reclamado siempre que primero se nos pida perdón».
Una información de Belen Ferreras y Marcos Iriarte publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Pumpido pedirá a los jueces que «valoren la nueva
situación»
El CGPJ y las
asociaciones profesionales aseguran, sin embargo, que el anuncio de la banda
no afectará al trabajo del Poder Judicial
MADRID.- El fiscal general,
Cándido Conde-Pumpido, dijo ayer nada más conocer el alto el fuego anunciado
por ETA que la
Fiscalía pedirá a los jueces que «valoren lo que la nueva
situación puede tener de incidencia, sobre todo cuando se trata de medidas de
carácter cautelar, no de decisiones definitivas».
En declaraciones a la Cadena Ser,
Conde-Pumpido no quiso concretar si la Fiscalía seguirá pidiendo la prisión
incondicional de Arnaldo Otegi cuando comparezca ante el juez de la Audiencia Nacional
Fernando Grande-Marlaska por la huelga convocada por la ilegalizada Batasuna
el pasado día 9, en la que se perpetraron 108 actos de kale borroka
(violencia callejera). Al día siguiente, Conde-Pumpido adelantó en
declaraciones a la prensa que los fiscales instarán el encarcelamiento
incondicional de Otegi por «reiteración delictiva».
Ayer, sin embargo, el fiscal
general indicó que «esto merece una reflexión serena desde la perspectiva de
las nuevas circunstancias en las que nos encontramos».
Señaló que «los vascos y todos
los españoles llevan viviendo durante varias décadas con una amenaza
pendiente y permanente y creo que en este momento se abre esa esperanza, y
eso nos permitirá contemplar todos los temas con la nueva perspectiva que se
abre, pero no vamos a anticipar ninguna actuación».
Fuentes oficiales de la Fiscalía General
aseguraron en la tarde de ayer que «al día de hoy sigue siendo válido lo que
el fiscal general anunció el día 10» en el sentido de que el Ministerio Público pedirá la
prisión de Otegi.
Añadieron que «no se ha dado
orden a los fiscales de la Audiencia Nacional para que se cambie ese
criterio» y, por lo tanto, «se va a seguir pidiendo esa medida cautelar»
contra el ex portavoz de Batasuna.
La Fiscalía
valora, en cambio, la posibilidad de recurrir en apelación la prisión
incondicional decretada por Grande-Marlaska contra Juan María Olano y Juan
José Petrikorena, encarcelados el pasado día 16.
Tanto desde el Consejo General
del Poder Judicial (CGPJ) como desde las asociaciones judiciales se discrepó
de que los jueces tengan que «valorar» la «incidencia» de la nueva situación.
El portavoz de la mayoritaria
Asociación Profesional de la
Magistratura, Antonio García, manifestó a Europa Press que el
comunicado de la banda no afectará a la actuación de los jueces en la
instrucción de las causas abiertas contra el entorno etarra. «Los jueces
aplicamos las leyes en vigor y no hacemos política», enfatizó.
También el portavoz de Jueces
para la Democracia,
Edmundo Rodríguez, aseguró que «la Justicia seguirá actuando y la investigación de
los delitos seguirá adelante» a pesar del anuncio de tregua.
El portavoz de la asociación
judicial Francisco de Vitoria, Juan Pedro Quintana, dijo que «mientras los
políticos, como representantes del pueblo, no cambien las leyes, los jueces
tendremos que seguir aplicándolas de la misma forma» para garantizar la
«igualdad de todos ante la ley».
El anuncio del alto el fuego de
ETA se produjo en plena reunión del CGPJ, cuyos vocales conocieron la novedad
a través del servicio de mensajes de teléfonos móviles de elmundo.es. La
noticia no alteró el debate del Pleno y sólo se registraron dos breves
intervenciones -de Luis Aguiar, del sector minoritario, y del vocal portavoz,
Enrique López- para coincidir en que no era procedente ninguna reacción
oficial del órgano de gobierno de los jueces.
López aclaró a este periódico
que el trabajo del Poder Judicial «no se verá afectado» por la posición de
ETA ya que los jueces «están amparados por su independencia» y «sólo
responden a la lógica del principio de legalidad». «Aplicarán la ley hoy
igual que ayer e igual que mañana», precisó.
En el Tribunal Supremo apenas si
hubo comentarios sobre el comunicado de ETA. Los magistrados celebraron sus
vistas y deliberaciones con normalidad y con absoluta distancia de la
actuación de la banda terrorista. «Nosotros tenemos nuestro propio discurso,
que es el de la ley, sin papel pautado», dijo un miembro de la Sala Penal. «No
puede ser de otra manera y malo sería que fuese de otra manera», agregó.
Donde la tregua de ETA sí causó
revuelo fue en la
Audiencia Nacional, cuyo presidente, Carlos Dívar, se
enteró a media mañana precisamente a través del juez Grande-Marlaska, que
subió a su despacho.
Fuentes de este Tribunal
indicaron que el juez que interrogará a Otegi mañana (salvo que la
comparecencia se retrase por la imposibilidad de valorar su estado de salud
si no llegan todas las pruebas analíticas ordenadas el pasado viernes) tiene
la voluntad de «hacer abstracción de lo que ETA anuncie o deje de anunciar»
porque su deber es «aplicar la ley».
El presidente de la Sala Penal, Javier
Gómez Bermúdez, aseguró en declaraciones a los periodistas que el calendario
de la Audiencia
seguirá su curso, por lo que no serán suspendidos ni el macro juicio del caso
Ekin, ni el juicio contra Arnaldo Otegi señalado para el 10 de abril ni el
resto de las vistas contra etarras.
Una información de Maria Peral publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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El titular lo dice todo ¿Darle las gracias a Otegi? ¿A
Usabiaga? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Darles las gracias por permitirnos vivir? Ha
vivido cuatro años en el País vasco, dice. Poco ha aprendido. No hay, por mucho
que la banda criminal siempre quiso emular a sus ‘hermanos
irlandeses’, ninguna relación entre el asunto del IRA y el de los
criminales etarras. Para empezar entre nosotros (y nunca hemos sabido por qué)
no existe el fenómeno unionista, pieza esencial en el conflicto norirlandés. Tampoco
existe una segregación absoluta entre los dos grupos de población… Y así
podríamos seguir hasta el infinito. La pregunta que nos surge se podría
enunciar así: ¿Es Alec Reid un ‘mediador’ o parte amable de la
parte criminal?
«Hay que dar las gracias a Zapatero, Otegi y
Usabiaga»
Mediador en los
conflictos de Irlanda del Norte y el País Vasco, ha vivido los últimos cuatro
años en Bilbao para conseguir que la política sustituya a la violencia en
Euskadi
LONDRES.- Hace apenas media hora
que ETA ha anunciado su tregua, y el teléfono de la sede de la Orden de los
Redencionistas en Dublín no para de sonar. Se busca al padre Alec Reid, el
sacerdote irlandés que ha mediado en los conflictos de Irlanda del Norte y
del País Vasco. Pero el padre Reid está en su hotel de Bilbao, donde ha
vivido casi todo el tiempo durante estos cuatro últimos años. A través del
móvil suena su voz emocionada. Al padre Reid, de 74 años, no le cabe la menor
duda de que ayer fue un día histórico, tanto como el 31 de Agosto de 1994,
cuando el IRA anunció su alto el fuego completo e inició un proceso político
que todavía no ha concluido: «Hoy estamos ante el principio de un proceso
político como en Irlanda, cuando el IRA puso fin a una tradición de violencia
de 700 años. En el País Vasco, la política pacífica va a sustituir a partir de
ahora a la violencia».
De entrada, Reid se declara
«sorprendido». A pesar de haber sabido que ETA iba a anunciar su tregua en
cualquier momento, pensaba que eso no iba a ocurrir ayer, porque creía «que
las distintas partes estaban todavía intentando llegar a un acuerdo sobre la
mesa negociadora, por ejemplo, en lo que concierne a los presos. El hecho de
que se haya anunciado la tregua hoy quiere decir que han alcanzado ese
acuerdo y, por lo tanto, estoy todavía más encantado».
Según Reid, ETA apoya desde hace
un año la estrategia de Batasuna de «resolver el conflicto en torno a una
mesa y conseguir una solución a través de una estrategia democrática y
pacífica. Lo que ocurre es que, al igual que el IRA, ETA ha tenido que poner
mucho cuidado a la hora de anunciar que paraban para no causar divisiones,
sobre todo entre sus miembros más jóvenes, que hubieran podido acusarle de
estar traicionando sus ideales».
Pregunta.- ¿Existe el peligro,
como con el IRA, de una escisión?
Respuesta.- No. ETA está muy
unida en la estrategia. El mayor signo de que estaban a punto de parar la
violencia son precisamente las últimas bombas que han puesto. Lo han hecho
para demostrar que no se están rindiendo, sino que están parando porque así
lo han elegido. Eso es muy importante para ellos.
Reid empezó a mediar en el
conflicto vasco a invitación de su amigo, el sacerdote Joseba Segura. Al
principio, iba y venía sin implicarse demasiado. Un buen día, mientras
entrevistaban a un grupo de víctimas, ocurrió algo que le hizo instalarse en
Bilbao casi a tiempo completo: «Fue la viuda de un periodista asesinado por
ETA, una mujer joven, de poco más de 40 años, muy atractiva, la que me
convenció de que tenía que implicarme en este proceso. Ella me dijo: 'Cuando
me despierto por las mañanas y me doy cuenta de que mi marido está muerto, no
quiero seguir viviendo'. A partir de ese momento me prometí que el
sufrimiento de toda esta gente tenía que acabar».
Reid está convencido de que esta
tregua no tiene vuelta atrás. A su juicio, la diferencia entre ésta y la de
1998, la que el Gobierno de entonces denominó tregua trampa, es que, en ese
momento, se intentó emular a Irlanda del Norte, «y eso no es posible».«Las
dos situaciones son muy distintas. A los ingleses no les importaba que
Irlanda del Norte dejara de ser británica, pero a los españoles les preocupa
mucho que el País Vasco abandone España, porque eso supondría la ruptura del
país como tal. Por eso, la estrategia de Batasuna y de LAB ha sido ahora la
de sentar a todo el mundo
alrededor de esa mesa, incluidos, sobre todo, los españoles, y no emular a la
negociación irlandesa. Salga lo que salga de esa mesa, tendrá que acomodar
los derechos de todos. No puede haber perdedores, todos tienen que ser
ganadores».
P.- ¿Cómo se traduce eso a una
solución política? ¿Cómo se compatibilizan los derechos de vascos
nacionalistas, vascos independentistas y vascos que no son ni nacionalistas
ni independentistas, además del resto de los españoles, que también están
involucrados?
R.- El espíritu de Dios está en
el espíritu de diálogo. Siempre hay una solución para todos los conflictos.
Si se busca, se encuentra. La izquierda abertzale -Batasuna, LAB y ETA-
quiere llegar a un acuerdo democrático. Hace tres años, un líder de Batasuna
me dijo que estaba dispuesto a iniciar el camino del diálogo, incluso si
conducía a un lugar que a él no le gustaba. Tenemos que dar las gracias a
Arnaldo Otegi y a Rafa Díez Usabiaga. Yo diría que Rafa Díez Usabiaga es lo
más parecido que hay a Gerry Adams, un líder político de altura mundial. El
ha sido la fuerza inspiradora de todo este proceso. Pero muy especialmente al
señor Zapatero y a su Gobierno: ellos son los que han abierto el camino. Creo
que el señor Zapatero pone el bien común antes que el de su partido, y eso es
signo de su condición de hombre de Estado.
P.- ¿Cree usted que el PP estará
dispuesto a sentarse a la mesa?
R.- La postura del PP ha sido
hasta ahora la de que ETA ha de ser suprimida y punto. Yo tengo la impresión
de que ahora estarán dispuestos a hablar. Es cierto que la democracia en
España es muy joven, y que en la derecha no hay cultura del diálogo. Yo no
quiero ofender a nadie, pero si no se reconocen los derechos de los demás,
eso es fascismo. No obstante, ahora que ETA ha dado este paso, yo creo que el
Partido Popular estará dispuesto a participar. Desde luego, si no lo hace,
estará demostrando que no es un partido democrático de verdad.
El optimismo de Reid es enorme.
«El proceso político será más rápido que el de Irlanda del Norte y, con la
ayuda de Dios, va a satisfacer a todas las partes», subraya el sacerdote,
quien mantiene que los vascos son «muy trabajadores y muy inteligentes, y
cuando se ponen mano a la obra hacen las cosas muy deprisa».Por eso estima
Reid que el proceso que se ha iniciado ayer tendrá menos flecos que el de
Irlanda del Norte, donde, 11 años más tarde, todavía no está funcionando el
Parlamento regional.
Tras la tregua, Alec Reid
seguirá en Bilbao y seguirá mediando: «Haremos todo lo que podamos por
solucionar el conflicto, y dejaremos el resto a la gracia de Dios», comenta.
Una información de Ana Romero (Corresponsal) publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Diez treguas con finales a conveniencia de la banda
terrorista
Desde el
anuncio de 1988 que llevó a las conversaciones de Argel, hasta el 'respeto' a
los cargos electos de 2005, ETA ha manejado los paréntesis
BILBAO.- A lo largo de su
historia, ETA ha puesto sobre la mesa, hasta en 10 ocasiones, anuncios de
tregua. Todos ellos, excepto los dos más recientes y parciales -para Cataluña
y para los cargos electos- terminaron siendo disueltos a conveniencia de la
propia banda terrorista. Estos son los respiros de paz que ha concedido el
terror:
SOLO PARA
ELECTOS
2005. Sólo un mes después de que
el Congreso de los Diputados aprobara una moción para dialogar con la banda
terrorista, ésta decretó una tregua selectiva, todavía vigente, dirigida a
«los cargos electos de los partidos políticos de España». Fue el 18 de junio
del año pasado y los etarras justificaron su decisión argumentando que
consideraban «disuelto» el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo
entre PP y PSOE y «fracasada la estrategia de la ilegalización» de Batasuna.
En julio llegó el matiz a través de su boletín interno, el Zutabe, en el que
ETA precisó que «las autoridades del Estado» y «quienes tienen
responsabilidades a nivel de Gobierno» no estaban exentos de su barbarie;
tampoco otros gremios como policías, periodistas, empresarios..., tal y como
han demostrado sus últimas acciones terroristas.
NO EN CATALUÑA
2004. Fue algo totalmente
inusual. En febrero de 2004, la banda terrorista anunció, a través de un
comunicado, el fin de sus atentados, pero sólo en Cataluña. Según leyeron dos
encapuchados, ETA lo hizo con un «deseo de unir los lazos entre el pueblo
vasco y el catalán, en base a los principios de respeto, no injerencia y
solidaridad». El anuncio supuso una auténtica convulsión política a menos de
cuatro semanas de las elecciones generales, y sólo un mes y medio después de
que el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Carod-Rovira, entonces
conseller en cap de la
Generalitat catalana, se reuniera en secreto con la cúpula
etarra en Francia.
LA TRAMPA
1998. Fue el periodo de paz más
largo que ha concedido la banda terrorista. Duró 14 meses y permitió la
celebración de unas elecciones municipales en Euskadi y en Navarra sin su
sombra amenazante. La declaró en septiembre, justo después de la firma del
polémico pacto de Lizarra, y la desconvocó en noviembre de 1999. Durante esos
meses la organización terrorista aprovechó para reorganizar su estructura: su
primer atentado no se hizo esperar, en enero de 2000 asesinó en Madrid a Pedro Antonio Blanco,
teniente coronel del Ejército.
EL 'FRENTE' DE
LAS CARCELES
1997. Tras presentar en 1995 su
Alternativa Democrática como una oferta para la pacificación y tras amagar en
el 1996 con el anuncio de una tregua de una semana, la organización
terrorista decretó en 1997 una etapa de alto el fuego en lo que denominó «el
frente de las cárceles», con la que perseguía que el Gobierno español
relajara su política penitenciaria con los presos vascos. Ese mismo año
secuestró y asesinó al concejal de Ermua Miguel Angel Blanco. Los ciudadanos
se echaron a las calles.
TRAS LA CAIDA DE LA CUPULA
1992. Algunos sectores
percibieron un fugaz alto el fuego tácito en 1990, que se prolongaría hasta
febrero de 1992, poco después del desmantelamiento de la cúpula terrorista en
la localidad francesa de Bidart. Su objetivo fue forzar la reapertura de las
negociaciones con un Gobierno que, apenas unos meses antes, había despreciado
un ofrecimiento similar para que Vera y Antxon reanudaran en Santo Domingo
sus abandonadas conversaciones. Pero duró poco.El entonces ministro del
Interior, José Luis Corcuera, se entrevistó con el presidente del PNV, Xabier
Arzalluz, para pactar una estrategia antiterrorista. A partir de ahí, ETA
radicalizó aún más su estrategia y se esmeró en sacarla a la calle. Fue el
nacimiento de los grupos Y.
DIALOGO EN
ARGEL
1989. Sí prosperó, al menos
durante un tiempo, la tregua que ETA ofreció en enero de 1989 y que planteó
inicialmente para dos semanas. Sólo seis días después de este anuncio, el
entonces secretario de Estado Rafael Vera volvía a entrevistarse en Argel con
el interlocutor de la banda, Eugenio Etxebeste, Antxon. Culminado el plazo de
dos semanas que había establecido, la banda anunció una prórroga de dos meses
para continuar con las negociaciones. Cuando estos dos meses volvieron a
vencer, ETA renovó su alto el fuego otros dos. Pero las conversaciones en
Argel se estancan en abril y ETA da por terminada la tregua.
EL PRIMER
'RESPIRO'
1988. La primera no duró mucho,
los dos meses anunciados por la banda terrorista. Lo hizo en enero de 1988, a través de un
comunicado publicado por el extinto Egin. En él planteaba al Gobierno de
Felipe González 60 días de tregua para negociar una solución al conflicto
vasco. El Ejecutivo, tras comprobar que desde la publicación de este
comunicado la banda terrorista ETA no había cometido ningún atentado,
anunció, apenas un mes después, la apertura de conversaciones con la banda
terrorista en Argel. Pero el proceso duró poco. El 24 de marzo, el empresario
Emilio Revilla fue secuestrado y el Gobierno español puso fin a la
negociación con la banda. Ese mismo año, en noviembre, la organización armada
hizo un nuevo anuncio de tregua, de otros dos meses, que no llegó a
fructificar.
EL FIN DE ETA
(P-M)
1981. Apenas cuatro días después
del golpe de Estado del 23-F, ETA político-militar anunció una tregua de un
año que no fue aceptada por ETA militar. La banda armada trató, según sus
comunicados, de no contribuir a alentar los golpes militares en un ambiente
de creciente tensión como el que se vivía en esos primeros e inciertos pasos
de la década de los años 80. En el aniversario de la tregua se produjo la
reinserción de los polimilis y la liquidación de esta rama de la organización
terrorista.
ARMA DE
NEGOCIACION
1979. Desde la legalización de
partidos como HASI, LAIA y EIA hasta la aceptación de la llamada alternativa
KAS, las contrapartidas exigidas por los terroristas para declarar una tregua
en la recta final de los años 70 ponen de manifiesto el ambiente de tensión
política que soportaban tanto los ciudadanos del País Vasco como los del
resto de España en los primeros años de la Transición política.
Una información de Marcos Iriarte publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Cuarenta y seis asesinatos entre 2000 y 2003
MADRID.- El fin de la tregua
supuso la reaparición de ETA con toda su crudeza. Hasta mayo de 2003, fecha
en que perpetró su último asesinato, acabó con la vida de 46 personas:
policías, ertzainas, concejales, guardias civiles, jueces, militares...Su
carrera sanguinaria se reanudó en enero de 2000. Su primer asesinato, el del
teniente coronel Pedro
Antonio Blanco, en Madrid.
Sus últimas víctimas, dos
agentes de la
Policía Nacional (Bonifacio Martín y Julián Envit), en mayo
de 2003, en Sangüesa (Navarra).ETA colocó una bomba lapa en su coche mientras
los agentes tramitaban el DNI a ciudadanos de esta localidad. En esos tres
años, ETA sembró de cadáveres sus actuaciones. Recuperó el tiro en la nuca. No
se olvidó del coche bomba. El tiroteo aleatorio también fue otro de sus
métodos.
Tras asesinar a Blanco, mató al
líder de los socialistas alaveses, Fernando Buesa, y a su escolta, Jorge
Díez. Después fue el colaborador del diario EL MUNDO y miembro del Foro
Ermua, José Luis López de Lacalle. El concejal del PP en Durango Jesús María
Pedrosa también fue tiroteado. La siguiente víctima fue el edil popular de
Málaga José María Martín Carpena. En julio de 2000 acabó con la vida del que
fuera gobernador civil de Guipúzcoa Juan María Jáuregui. El presidente de la
patronal guipuzcoana José María Korta fue asesinado con un coche bomba.
El subteniente Francisco
Casanova fue tiroteado a las puertas de su casa. Las siguientes víctimas
mortales fueron los guardias civiles Irene Fernández Pereda y José Angel de
Jesús Encinas, asesinados con una bomba lapa en Sallent de Gállego
(Huesca).Manuel Indiano, edil del PP de Zumarraga, también fue asesinado a
tiros. El edil del PP en Sant Adriá de Besós (Barcelona) murió de la misma
manera.
A balazos
En noviembre de 2000, ETA mató
al fiscal jefe del Tribunal Superior de Andalucía, Luis Portero. El teniente
coronel médico Antonio Muñoz Cariñanos fue acribillado a balazos en su
consulta de Sevilla. La última lista sangrienta de ETA se completa de la
siguiente manera: Máximo Casado, funcionario de Prisiones; Manuel Lombardero,
magistrado del Tribunal Supremo; Jesús Escudero, policía nacional; Armando
Medina, chófer; Jesús
Sánchez, conductor de la EMT; Ernest Lluch, ex ministro; Francisco Cano,
edil del PP; Juan Miguel Gervilla, guardia urbano; Ramón Díaz, cocinero; José
Angel Santos y Josu Leonet, trabajadores; Iñaki Totorika, ertzaina; Santos
Santamaría, mosso; Froilán Elespe, edil del PSOE; Manuel Giménez Abad,
presidente del PP de Aragón; Santiago Oleaga, directivo del Diario Vasco;
Luis Ortiz, policía; José Javier Múgica, edil de UPN; Miguel Uribe, ertzaina;
Justo Oreja, general; José María Lidón, juez; Ana Isabel Arostegi y Javier
Mijangos, ertzainas; Juan Priede, edil del PSE; Silvia Martínez, niña de seis
años; Cecilio Gallego, Juan Carlos Beiro y Antonio Molina, guardias civiles,
y Joseba Pagazaurtundua, jefe de Policía.
Una información de Fernando Lazaro publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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Más de 600 detenidos desde la última tregua
Las Fuerzas de
Seguridad sospechan que los terroristas disponen de al menos tres comandos y
mantienen intacto su entramado de extorsión
MADRID.- Uno detrás de otro. Los
golpes policiales contra la estructura etarra fueron constantes y contundentes
tras el fin de su último periodo de inactividad, en 1998. La presión contra
el denominado entramado de apoyo a la organización terrorista concluyó con
que ETA se encontrara en uno de los momentos de máxima debilidad, tras sus 40
años de historia.
Pese a que durante la tregua de
1998 se pudo producir cierto relajamiento policial, una vez que ETA consumó
su primer asesinato las actuaciones de las Fuerzas de Seguridad del Estado,
tanto en España como en Francia, volvieron a poner contra las cuerdas a la
organización terrorista. Y una de las primeras acciones fue el
desmantelamiento de la estructura de relaciones internacionales de ETA,
denominada Xaki.
Así, desde el final de la última
tregua los servicios policiales han golpeado con contundencia todo el
entramado terrorista y han capturado a más de 600 presuntos integrantes de la
organización.
Según los datos del Ministerio
del Interior, la Policía
y la Guardia Civil
detuvieron en 2000 a
75 personas acusadas de pertenecer o de colaborar con ETA. Un año después, la
cifra ascendió a 135. En 2002, los Cuerpos de la Seguridad del Estado
arrestaron a otros 123 sospechosos. Doce meses después, el número de
detenidos vinculados con ETA ascendió a 126. En 2004, Guardia Civil y Policía
Nacional detuvieron a 74 presuntos etarras, mientras que, el pasado año, la
cifra se situó en 71. En lo que llevamos de año, las Fuerzas de Seguridad han
capturado ya a una treintena de miembros y colaboradores de la organización
terrorista.
ETA aprovechó el paréntesis de
esa tregua y los contactos con el Gobierno para reorganizar su propia
estructura. Los responsables etarras entendían que su estructura estaba
agujereada «como un queso de gruyère», tal y como reflejaban en documentos
internos que fueron intervenidos por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Por
eso trató de blindar sus sistemas de comunicación con los comandos. Pero ese
blindaje no le duró mucho. Las Fuerzas de Seguridad recuperaron rápidamente
su capacidad de presión sobre ETA y los resultados volvieron a aflorar.
Así, desde el final de la última
tregua, en septiembre de 1999, hasta ahora, las caídas de dirigentes etarras
han sido constantes. Tanto es así que los especialistas de los diferentes
cuerpos policiales no se ponen de acuerdo totalmente sobre quiénes componen
en la actualidad la cúpula etarra.
Dos
generaciones
Dos son los alias que se repiten
en todos los organigramas: Josu Ternera y Txeroki. Dos generaciones
diferentes: la vieja guardia y los nuevos valores, dos posiciones diferentes
sobre la manera en que se debe dirigir la organización terrorista. Pese a que
ETA reanudó su actividad con gran virulencia, los golpes a sus comandos
fueron continuos. Además, logró invertir el orden de las actuaciones
policiales y capturar a los comandos antes de que perpetraran acciones. Como
recuerdan mandos policiales, «la eficacia en estado puro».
Pero, además, la colaboración de
Francia en la lucha contra ETA pasó por sus mejores momentos, sin antiguos
complejos con el país vecino. Así, se logró que de forma definitiva ETA no
tuviera ninguna comodidad ni en España ni en Francia. Este hecho ha provocado
que sean muchos los analistas que sostienen que ETA ha tenido que desplazar
al menos a parte de su dirección más al norte de Francia, quizá incluso a
Alemania, lo que ha podido provocar también un sistema mucho más lento y
dificultoso de comunicación entre los responsables de la trama etarra y sus
comandos. Actualmente, Interior sospecha que ETA cuenta con al menos dos
comandos en el País Vasco y uno, itinerante, que sería responsable de
acciones en Navarra, Aragón y Cantabria.
Lo que sí mantiene prácticamente
intacta la organización criminal es la estructura de extorsión al
empresariado, tanto en el País Vasco como en Navarra. De hecho, la mayor
parte de los últimos atentados ha estado encaminada, fundamentalmente, a
mantener la presión con el fin de que sus víctimas sigan pagando el
denominado impuesto revolucionario.
Así, durante los últimos meses
ETA ha recuperado parte de su operatividad. Algunas fuentes cifran en al menos
una veintena los actuales integrantes de los comandos de la organización
terrorista, la mayor parte legales, es decir, no fichados.
Una información de Fernando Lazaro publicada en el diario EL MUNDO
el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés informativo reproducimos
íntegramente el texto.
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