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5 de Abril, 2006
Ni cese definitivo, ni entrega de las armas
ETA anunció
ayer un «alto el fuego permanente» que puede romper cuando le convenga
Madrid- Ni cese definitivo de
las actividades criminales ni entrega de las armas. ETA anunció ayer un «alto
el fuego permanente» que, según subrayan expertos antiterroristas consultados
por LA RAZÓN,
puede romper cuando le convenga. Tampoco hay referencias en el comunicado a
que vaya a abandonar la extorsión del llamado «impuesto revolucionario» ni el
vandalismo callejero.
No se dan, por lo tanto, las
condiciones incluidas en la moción aprobada el 17 de mayo del año pasado por
el Congreso de los Diputados para un final dialogado de la violencia: clara
voluntad de poner fin a la misma y actitudes inequívocas que puedan conducir
a esa convicción, todo ello dentro de la exigencia a la banda de que se
disuelva y deponga las armas.
Un grave error. «El
mayor error en estos momentos -subrayan los expertos- sería que, sólo con
este comunicado, el presidente del Gobierno acudiera al Parlamento a pedir
permiso para negociar. Sería dar un triunfo a la banda cuando no ha anunciado
su disolución, sino que se constituye como garante del “proceso”,
y mantiene sus amenazas».
ETA ha tomado una vez más la
iniciativa y ha puesto el balón en el tejado del Ejecutivo, del que espera
que dé un paso que le permitiría alcanzar un protagonismo extraordinario de
consecuencias políticas imprevisibles y en detrimento de partidos como el
PNV, cuyas actuaciones se mueven dentro de las reglas de la democracia
parlamentaria, agregaron.
Nuevo
comunicado. Horas después, en un segundo
comunicado, la banda insistía en su exigencia de anexionar Navarra al País
Vasco y así superar el «actual marco de negación, partición e imposición».
Asimismo, precisa que es imprescindible «pasar de las palabras a los hechos»
y «tomar decisiones de calado».
Sea como fuere, el anuncio de
alto el fuego de ETA, por experiencias similares habidas en el pasado, genera
una gran desconfianza. Además, en este caso podría tratarse de un «movimiento
táctico» para tratar de frenar los dos grandes problemas con los que se
enfrenta en estos momentos: la presión de sus presos, que, tal y como
adelantó este periódico, exigen una «solución» antes de cualquier
negociación, y los procesos judiciales en marcha contra dirigentes del
entorno de la organización criminal. No deja de llamar la atención que el
alto el fuego comience, precisamente, el día en que está citado a declarar el
portavoz batasuno Arnaldo Otegi.
Represión. La
presión de los presos y los procesos judiciales están, de hecho, presentes en
el comunicado, ya que ETA pide a España y Francia que «dejen de un lado la
represión». Los terroristas, según las citadas fuentes, esperan que el
Gobierno cambie, en el menor tiempo posible, su política penitenciaria y se
produzcan acercamientos a prisiones del País Vasco y excarcelaciones de
presos. Asimismo, confía en neutralizar unos procesos judiciales que ya no
tendrían sentido debido a que «la banda ha traído la paz», extremo
absolutamente falso.
A diferencia de otros
comunicados de tregua o alto el fuego, los terroristas no hacen referencia a
que mantendrán las «labores de aprovisionamiento» (extorsión a empresarios y
robos de material) ni que se reservan el responder con las armas a eventuales
enfrentamientos con las Fuerzas de Seguridad, pero es algo que se da por
supuesto, ya que no han anunciado el cese definitivo de actividades.
Otro asunto al que habrá que
prestar atención es el del terrorismo callejero. En este sentido, se recuerda
que durante 1999, año en que la banda terrorista mantuvo un «alto el fuego»,
estas actividades criminales aumentaron casi un 90 por 100 con respecto al
año anterior. Los pistoleros trataban de suplir la falta de atentados con
este tipo de amenazas contra la población.
En uno de los últimos documentos
en los que ETA ha abordado el asunto del «cese y alto el fuego de las
acciones armadas», el «Zutabe» número 100, decía textualmente que este tipo
de medidas son un «instrumento político y militar que tiene la organización
[ETA] para utilizar a su antojo. Siempre como impulsor, ayuda o consecuencia
de un proceso (...), su utilización ha de ser muy cuidada ya que, hasta el
momento, ha señalado los momentos más importantes del proceso de liberación».
Es decir, que el alto el fuego es un arma más en las manos de los
terroristas, y éstos lo utilizan en función de sus conveniencias.
El comunicado incide, sin
citarla expresamente, en la conocida exigencia de ETA de autodeterminación
(independencia), aunque en este caso lo disfraza de ámbito vasco de decisión.
Los terroristas -que vuelven a utilizar expresiones como «proceso
democrático», los «ciudadanos deben tener la palabra», etcétera- indican que
España y Francia tienen que aceptar sin rechistar, «sin ningún tipo de
limitaciones», sin posibilidad de modificaciones ni de negociar, lo que
decidan los vascos en ese proceso. Que se produciría sin que la banda haya
desaparecido, sin la entrega de las armas y, por lo tanto, con la amenaza
latente de los terroristas, que se constituyen en auténticos «gendarmes» del
«proceso».
La banda terrorista puede, como
ya hizo en los años 1998 y 1999, durante la «interrupción indefinida y total
de las acciones armadas» (así se llamó entonces al alto el fuego), aprovechar
para reorganizar sus estructuras y formar nuevos «comandos» dispuestos a
intervenir si las condiciones del «proceso» requieren, en opinión de los
cabecillas terroristas, volver a cometer atentados. Durante este alto el
fuego, la organización formó una veintena de células criminales, algunas de
las cuales entraron en territorio español cuando todavía estaba vigente la
«interrupción total y definitiva» de las acciones armadas.
Una información de J. M. Zuloaga y R. L. Vargas publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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El Gobierno logra un «alto el fuego» tras 20 meses de
contactos con el entorno de ETA
Un negociador
de la absoluta confianza de Zapatero dialoga con la cúpula etarra desde
finales de 2005
Madrid - Atrás quedó la imagen
de José Luis Rodríguez Zapatero, líder por entonces de la oposición, junto
con el lendakari Juan José Ibarretxe, encabezando una manifestación contra
ETA en Bilbao. Ya nadie recuerda aquella breve conversación que mantuvieron
ambos dirigentes, en la que Ibarretxe le pidió al secretario general
socialista que se implicara en el denominado «proceso de paz». En ese
instante el ahora presidente del Gobierno dio una larga cambiada, pero el reclamo
del lendakari no cayó en saco roto. La primera medida que adoptó Zapatero fue
promover la sustitución de Nicolás Redondo al frente del PSE en mayo de 2002
por Patxi López, más afín a las tesis del jefe del Ejecutivo de negociar con
la banda etarra.
El recién nombrado secretario
general del PSE inició los contactos con el aún parlamentario Arnaldo Otegi,
quien recurrió no sólo a Patxi López, sino también al todavía presidente del
PP en el País Vasco, Jaime Mayor Oreja. Desde ese momento, el presidente del
PSE-EE, Jesús Eguiguren, se puso mano a la obra.
Mientras López mantenía
reuniones «semiclandestinas» con los dirigentes batasunos en el Parlamento
vasco, Eguiguren abordaba abiertamente la posibilidad de que ETA entragara
las armas con su amigo Iñigo Iruin, abogado de Batasuna en el proceso de su
ilegalización en 2003 y defensor de presos etarras. Estos encuentros
propiciaron que entre finales de 2003 y el primer semestre de 2004 destacados
líderes del socialismo vasco se entrevistaran con Josu Ternera, dirigente de
ETA a quien se atribuye la redacción del documento de Anoeta de Batasuna del
14 de noviembre de 2004, en el que se apuesta por la negociación con el
Gobierno.
Otras fuentes incluso aseguran
que en 2004 un emisario de Jesús Eguiguren se reunió con Mikel Antza semanas
antes de ser detenido en Francia. Estas fuentes no descartan que Antza, que
cumple condena en el país vecino, haya tenido, junto con Ternera, un papel
destacado en todo este proceso, que desembocó ayer en el «alto el fuego permanente»
decretado por ETA.
Emisarios.
Cuando Zapatero se convirtió en el inquilino de La Moncloa en abril de
2004, los socialistas vascos le habían allanado ya el camino para una
negociación con ETA. De hecho, momentos antes del verano de ese año, el jefe
del Gobierno encargó discretamente a distintas personas contactar con la
cúpula etarra, amén del canal abierto por los socialistas vascos. El
presidente quería conocer de primera mano el ánimo de la cúpula etarra antes
de acudir al Congreso de los Diputados y algunos de estos contactos se vieron
interrumpidos por filtraciones interesadas en algunos confidenciales de
internet. Otros no llegaron a buen puerto. Y a otros, como el abierto por la
comunidad de San Egidio, les ocurrió como al Guadiana. En algunos momentos
perdieron la comunicación con la banda.
Después del verano de 2004, el
entorno de ETA remitió a La
Moncloa dos cartas, en las que se mostraba partidaria de
abrir una negociación para sondear las posibilidades de entregar las armas
definitivamente. La recepción de estas dos misivas fue desmentida por la
vicepresidenta primera del Gobierno en enero de 2005. Sin embargo, tres meses
más tarde Teresa
Fernández de la
Vega confirmó la noticia.
Momentos antes de que el
presidente del Ejecutivo impulsara en mayo de 2005 en el Congreso de los
Diputados una resolución a favor de explorar la posibilidad de acabar con la
organización terrorista, Íñigo Iruin hizo llegar a La Moncloa el mensaje de
que la banda estaba dispuesta a entregar las armas. «Esta vez va en serio»,
transmitió a Zapatero el abogado a través de un tercero.
Entonces, el presidente acudió
al Congreso consciente de que soplaban vientos favorables a la causa. Después
de conseguir la resolución del Parlamento, aprobada por unanimidad por todo
el arco parlamentario, salvo el PP, Zapatero encargó a una persona de su
absoluta confianza entablar negociaciones con ETA.
Desde septiembre del año pasado
hasta febrero pasado esta persona ha mantenido contactos con Josu Ternera,
uno de los jefes de ETA, según Interior, en el Caribe, aseguran fuentes
solventes a LA RAZÓN.
Aunque otras sitúan estas entrevistas en Suiza.
Paralelamente, la comunidad de San Egidio ha seguido en la brecha y ha
contactado en reiteradas ocasiones con los dirigentes de ETA, entre los que
siempre figura el nombre de Ternera.
No obstante, el peso de la
negociación con la banda terrorista lo ha llevado en todo momento la persona
de confianza de Zapatero. Después de 20 meses de tomar el pulso al entorno de
ETA, el Gobierno, por fin, logró ayer un «alto el fuego permanente». Fuentes
gubernamentales dejaron meridianamente claro que no es lo mismo una tregua
permanente que un «alto el fuego», terminología que en su día utilizó el IRA
cuando comenzó sus negociaciones con el Ejecutivo británico.
A partir de ahora quedan varias
incógnitas por despejar en este proceso, que «a nadie se le oculta largo y
difícil, en el que no se descarta que puedan producirse avances
significativos y retrocesos espectaculares, con algún atentado», aseguran
fuentes del Ejecutivo. El primer interrogante que dejará de ser tal en los
próximos días es cuándo acudirá Zapatero al Congreso para pedir su
autorización para abrir una negociación formal con ETA.
Acercamiento de
presos. Los siguientes interrogantes se irán despejando
con el paso de los meses. Uno de los más importantes es el momento que
eligirá el presidente para comenzar a acercar a los presos a las cárceles
limítrofes con el País Vasco. En estos momentos, la población reclusa etarra
asciende a unos 700 presos en España y unos 200 en Francia. Desde finales de
2005, la directora de Instituciones Penitenciarias tiene todo preparado para
aproximarlos. En principio, y según evolucionen las negociaciones, se
acercará al grupo constituido por los «blandos», los partidarios del diálogo
con el Gobierno. Más tarde, a los «neutros». Y por último, a los duros,
aquellos que celebran los atentados de la banda con champán. El presidente
dejará para la siguiente legislatura una amnistía progresiva siempre que ETA
no vuelva a las andadas.
Mientras, Batasuna podrá
concurrir a los comicios municipales. Eso sí, bajo otras siglas. Y si la hoja
de ruta de Zapatero se cumple también podrá presentarse a las generales de
2008 y, por supuesto, a las autonómicas del País Vasco del año siguiente.
Alrededor de las doce de la
mañana de ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero,
despachaba con el recién nombrado consejero del Banco de España y hasta ahora
secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Una llamada
de alerta del CNI, quien informó al jefe del Ejecutivo del comunicado de ETA,
puso fin a la conversación. En ese momento, el presidente, conocedor desde
hace semanas de que el «alto el fuego» estaba al caer, mostró su «prudente»
satisfacción. Lo primero que hizo fue intentar contactar con el dirigente del
PP. Sin embargo, en ese instante no obtuvo respuesta al otro hilo del
teléfono. Mientras una llamada del lendakari Juan José Ibarretxe se coló por
medio sin ningún éxito. Después de comprobar que, efectivamente, Mariano
Rajoy no contestaba, Zapatero devolvió la llamada a Ibarretxe, que en ese
momento departía con el presidente de CiU, Artur Mas. El lendakari vasco
conoció la noticia por su jefe de prensa, que alertado por ETB, la televisión
autonómica vasca, interrumpió la entrevista que mantenía con Mas.
Al conocer la inminencia de la
publicidad del comunicado de ETA, Ibarretxe telefoneó a Zapatero, que abrirá
una ronda de contactos con todos los dirigentes políticos antes de acudir al
Congreso a solicitar su autorización para negociar con la banda terrorista.
El jefe del Ejecutivo ayer por la mañana fue informado también de que hoy ETA
hará público un segundo comunicado.
Una información de Inmaculada G. de Molina publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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A diferencia de todos los diarios que hemos reproducido hasta
este momento, el periódico que en su día fundó Luis Maria Anson presenta cuatro
piezas, cuatro artículos que permiten la reflexión adecuada sobre la verdadera
dimensión del suceso (o sucesos porque son varios) a los que estamos acudiendo
como espectadores forzosamente pasivos. Cuando estamos dentro de una
determinada situación de cambio, en una revolución incruenta en este caso, es
casi imposible percibir la trascendencia y repercusión del día a día. Lo dicho:
reflexión, mucha reflexión. Por cierto ¿Qué empezamos?
«Por fin empezamos»
Madrid - La inevitable resaca
del «sí» al Estatut, el morbo del «reencuentro» entre Eduardo Zaplana y María
Teresa Fernández
de la Vega
tras el episodio de los «disfraces»... Estos eran, a priori, los principales
atractivos que presentaba ayer la sesión de control al Gobierno, pero el
«alto el fuego permanente» de ETA cambió todas las previsiones. La puesta en
escena de la «oferta» terrorista llegaba un miércoles, único día en que José
Luis Rodríguez Zapatero tiene una cita ineludible en el Congreso, lo que
disparó la afluencia de periodistas a la Carrera de San Jerónimo.
La legión de cámaras y
fotógrafos que montaban guardia en la puerta de acceso al hemiciclo «calentó»
con Mariano Rajoy -más madrugador de lo habitual-, Juan Fernando López
Aguilar o José Montilla y por fin, cinco minutos antes de las cuatro, llegó
el coche oficial de Zapatero. El jefe del Ejecutivo, con gesto serio, dedicó
una media sonrisa al agente que se cuadró para saludarle. En su escaño le
esperaba a «portagallola» Gaspar Llamazares, que consiguió salir en todas las
fotos con su efusiva felicitación y apenas le dejó un segundo para estrechar
la mano del peneuvista Josu Erkoreka -los diputados vascos cotizaron ayer al
alza- antes del comienzo de la sesión. Llamazares era el primero de la lista
para interpelarle, y se saltó el guión para preguntar por lo único. La
contestación del presidente marcó el tono de la tarde: aplausos cerrados
desde las filas de la izquierda y silencio sepulcral en la bancada popular,
que sólo se rompió para jalear a Rajoy cuando el líder del PP reprodujo ante la Cámara el comunicado que
ya había leído por la mañana. Le sobraron 53 segundos que no utilizó.
Inmediatamente la atención se
trasladó al escritorio, sala que ayer se quedó pequeña para escuchar las reflexiones
de un animado Zapatero, que sólo iba a contestar «un par de preguntas» y al
final respondió a media docena. Y luego, claro está, llegaron los
«corrillos», en esta ocasión monotemáticos. Los socialistas repetían la
palabra «permanente» como si fuera un mantra que asegura el éxito del
proceso, mientras que en el «rincón» del PP el portavoz de Interior, Ignacio
Astarloa, asumía los galones -Zaplana, Acebes y Rajoy, esta vez, no se
pararon con los periodistas- y auguraba que los terroristas «quieren conseguir
hablando lo que no han logrado con los tiros, y este escenario lo ha creado
ese señor». Ese señor, Zapatero, se encontró con un asistente que le esperaba
a la salida del Congreso para darle la enhorabuena «por todo». «Por fin
empezamos», reflexionó en voz alta el presidente.
Una información de E. F. publicada
en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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¿Se dan ya las condiciones para el final dialogado?
Zapatero
aguardará un tiempo antes de acudir al Congreso a solicitar el apoyo para
negociar
Madrid - Debate de la Nación, mayo de 2005.
Resolución política sobre la lucha contra el terrorismo. ¿Recuerdan? José
Luis Rodríguez Zapatero se garantizó el respaldado de todo el arco
parlamentario, con la excepción del PP, para negociar/dialogar con
ETA/quienes apoyan a ETA. Fue una resolución política confusa que, para unos,
suponía la inequívoca prueba de que el Gobierno del PSOE tenía carta blanca
para negociar con la banda; para otros, sólo un compromiso del presidente de
acudir al Parlamento a pedir autorización si se dieran las condiciones
previas para el final dialogado de la violencia.
¿Cuáles eran? El punto dos de
aquel polémico texto decía que «si se producen las condiciones adecuadas para
un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad para
poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa
convicción, apoyamos procesos de diálogo entre los poderes competentes del
Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento
el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben
resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad
popular. La violencia no tiene precio político y la democracia española nunca
aceptará el chantaje de la violencia».
Pues, uno: ETA no ha manifestado
una «clara voluntad» de acabar con la violencia, ha declarado un alto al
fuego permanente que, como apuntan los expertos, puede dejar de serlo cuando
la banda quiera.
Dos: ni el Gobierno ni los
firmantes de aquella resolución tienen, a día de hoy, una convicción total de
que éste sea el final del terrorismo de «alta o baja» intensidad, y mucho
menos que la extorsión y el chantaje de ETA tenga visos de acabar de hoy para
mañana en el País Vasco.
Por lo tanto, primero, habrá que
testar la voluntad real de los asesinos, si ésta es o no una trampa más, si
ETA sólo busca la legalización de Batasuna antes de las elecciones
municipales, si.... Conclusión: Zapatero no acudirá, de inmediato, al
Congreso a solicitar autorización de las fuerzas políticas para dialogar. «Me
tomaré mi tiempo para constatar lo que fue la resolución del Congreso de los
Diputados en torno al final dialogado con la banda», dijo ayer en declaración
pública.
En los próximos días, no habrá
más movimiento que el que pueda hacer Batasuna porque en esa resolución,
también, se decía que no se pagaría precio político alguno por la paz. Y, de
momento, los analistas interpretan cada línea, cada coma del comunicado de la
banda, especialmente en el párrafo que sostiene que «los ciudadanos vascos
deben tener la palabra y la decisión sobre su futuro» y que los «Estados
español y francés deben reconocer los resultados de dicho proceso democrático,
sin ningún tipo de limitaciones. La decisión que los ciudadanos vascos
adoptemos sobre nuestro futuro deberá ser respetada». ¿ETA sigue hablando de
autodeterminación?, ¿qué quiere decir con dejar de lado la represión?... hay
muchas preguntar por contestar.
«Prudencia, calma y, mucha,
mucha serenidad», claman en el entorno del presidente, donde sostienen que,
ahora, lo primero es recomponer la unidad política y atraer al PP a un
escenario que puede llevar a la paz, pero que en ningún caso se certificará
en un breve periodo de tiempo.
El presidente del Gobierno
obtuvo en mayo el aval del Congreso para abrir un proceso de diálogo con la
banda si la organización dejaba las armas, pero no fue hasta principios del
presente año cuando el jefe del Ejecutivo empezó a apuntar que el fin del
terrorismo podía estar próximo. La cronología de sus declaraciones comienza
el 26 de enero en una entrevista en la cadena Cuatro. «Nos encontramos en el
principio del fin de la violencia terrorista, un proceso que será largo, duro
y difícil, pero sobre el que alimentar la esperanza -que no hacerse vanas
ilusiones- puede ser positivo. Su última declaración fue el 13 de marzo en
Moncloa al ser preguntado por Otegi. «El fin de la violencia sólo tiene un
camino, el respeto de la ley», dijo.
Una información de E. L. Palomera publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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El «principio del fin» y la autodeterminación
Zapatero
necesita un aval del Congreso para negociar: El
presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que se tomará
su tiempo. Debe contrastar si el comunicado de ETA cumple los requisitos para
emprender un «proceso largo y difícil» con el visto bueno del Congreso, según
el acuerdo de mayo de 2005. Cuenta con el apoyo de todos los grupos
parlamentarios, salvo el PP, que emplaza a Zapatero al Pacto por las
Libertades para restituir la unidad democrática.
Las
interferencias judiciales y la cita de Otegi con Marlaska: El
líder batasuno Arnaldo Otegi debe comparecer mañana ante el juez de la Audiencia Nacional
Grande-Marlaska, quien pretende tomarle declaración por su papel en los
incidentes violentos de la huelga ilegal de hace quince días. El fiscal
general del Estado, Cándido Conde Pumpido, había anunciado que pediría
prisión para Otegi. Ayer, ante la nueva situación, el fiscal dio a entender
que había cambiado de opinión al alegar que el caso «merece una reflexión
serena». Además, sigue paralizado el macrojuicio contra el entorno de ETA. El
juez Marlaska está solo.
El retorno de
Batasuna a la legalidad política en las municipales: Las
elecciones municipales del próximo año serán las del retorno de Batasuna a la
legalidad política. Pueden permanecer las causas de su ilegalización, pero el
ambiente para una candidatura con otro nombre es favorable. Su presencia en
la vida política «regular» a partir de ahora se da por descontada, pese a que
ni se ha anunciado una tregua, ni se ha condenado la violencia, ni se ha
renunciado al impuesto revolucionario. Ibarretxe quiere liderar la formación
de una mesa política y el batasuno Permach dijo ayer que su formación debe
estar presente para mantener el «alto fuego permanente».
Calendario
electoral estable: Zapatero ha dado a entender que
no caerá en la tentación de adelantar las elecciones generales, previstas
para dentro de dos años, si consigue el aval del Congreso para negociar. Las
autonómicas vascas se celebraron el 17 de abril de 2005. Podrían adelantarse
a tenor de lo que ocurra en las municipales con Batasuna.
El mensaje de
Mariano Rajoy y la estrategia del PSOE: El líder de
la oposición ha reclamado el abandono definitivo de la violencia y la entrega
inmediata de las armas. En su opinión, ETA ofrece paz a cambio de un precio
político inasumible, la autodeterminación del País Vasco. No obstante, ha
citado el Pacto antiterrorista como escenario de su apoyo a Zapatero. Tanto
en el PP como en el PSOE se ha pedido tiempo para diseñar estrategias y
líneas de comunicación. Las primeras valoraciones despejan pocas dudas. El
presidente del Gobierno no lanza las campanas al vuelo; el líder de la
oposición cree que ETA no puede ser interlocutor político.
El PNV y el
lendakari, desbordados por la izquierda: Ibarretxe
afronta un mal escenario para su protagonismo. La «solución al conflicto»,
según su terminología, está en manos del presidente del Gobierno, de los
socialistas vascos, de Otegi, de Usabiaga; de agentes que no obedecen al
«proyecto nacional» del PNV. La pérdida de la iniciativa política afecta
también al líder del partido, Josu Jon Imaz. Encabezar la mesa de partidos
que pide ETA supone un giro que implica adoptar posiciones más radicales,
próximas a planteamientos batasunos de raíz maximalista; un paso más que el
Plan Ibarretxe.
La
normalización del debate sobre el derecho a la autodeterminación: Al
margen de las coincidencias (anuncio de ETA y aprobación en la Comisión Constitucional
del Estatut), ETA ha fijado su mirada en Cataluña, donde hay «tregua», no
«alto el fuego». La «querencia» etarra por el proceso catalán, sus
comunicados de ánimo, son un ejemplo de contaminación política que irá a más
y a través del cual se normalizará el debate sobre el derecho a la
autodeterminación, tras el impulso de ERC en el debate estatutario.
Una información publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Acercamiento de presos y legalización de HB, lo
siguiente
La agenda de
ETA para el «proceso de paz» prevé un referéndum soberanista para 2012
Madrid - El acercamiento de los
presos. Ése es el siguiente paso que, tras la tregua, debería dar el Gobierno
para avanzar en el «proceso de paz» según lo fijado por ETA en un detallado
calendario que las Fuerzas de Seguridad interceptaron a la banda.
Según este programa, que marcha
con un año de retraso, al anuncio del alto el fuego José Luis Rodríguez
Zapatero debería responder con el acercamiento de los cerca de 499 presos que
hay dispersados por las cárceles españolas a los centros vascos este mismo
año. Igual gesto exige ETA de las autoridades francesas, en cuyas prisiones
hay encerrados unos 150 etarras, además de abrir un proceso de
intermediación. La influencia del «frente de makos» en la estrategia etarra
siempre ha sido muy importante. El pasado domingo hizo público un comunicado
en el que supeditaba cualquier diálogo a la resolución, en primera instancia,
de su situación. La misiva no dejó indiferente a la dirección de la banda,
que un día después declaró que siempre tendría en cuenta las aportaciones de
los «gudaris» que están en la cárcel.
El segundo paso de este año
sería la vuelta a la legalidad de Batasuna que, de esta forma, podría
concurrir a las elecciones municipales del año próximo y recuperar el poder
político -sin olvidar el económico- que la ilegalización le ha restado. Esta
circunstancia permitiría a la formación proetarra participar en la mesa de
partidos que demanda ETA.
Igualmente, se exige la
paralización del sumario 18/98, que está enjuiciando en este momento la
actividad del entorno etarra, aunque, de momento, no hay signos de que la Justicia vaya a
paralizar su actividad contra la banda, como lo demuestra el hecho de que el
juez Grande-Marlaska tomase ayer declaración al batasuno Joseba Álvarez por
los incidentes registrados en la jornada de huelga convocada por su partido.
También en 2006, Zapatero
debería hacer una declaración similar a la de Downing Street, en la que
España manifestase que no es un «impedimento» para la paz.
Para un año después de la
declaración de tregua, el calendario prevé un comunicado similar de las
autoridades francesas, así como el reconocimiento del Gobierno del derecho de
autodeterminación del País Vasco.
Inicialmente, la guía terrorista
planeaba que se abordase en 2007 uno de los puntos más delicados y
controvertidos: la salida de los presos encerrados en las prisiones españolas
a la calle, cuya mera insinuación ha suscitado el más absoluto de los
rechazos de las víctimas. El retraso acumulado lo llevaría a 2008, año en que
se celebrarían elecciones generales, en las que Batasuna, merced a su
legalización y al «proceso de paz», conseguiría, según los cálculos de ETA,
unos 300.000 votos.
En 2009, los ideólogos de la
banda han previsto la salida de los presos encerrados en los centros
penitenciarios galos y el reconocimiento, por parte de sus autoridades, del
derecho de autodeterminación.
No es hasta cuatro años después
de iniciado el proceso cuando ETA, según su calendario, abordaría la que
muchos consideran condición indispensable para empezar a tomar en serio su
desaparición: el abandono de las armas. Eso sí, ni se plantea la cuestión
salvo que las «Fuerzas Armadas españolas y francesas», como denominan a las
fuerzas de seguridad, abandonen el País Vasco y pidan «perdón».
Ya en 2013 -2012, si se recupera
el retraso que acumula el plan y todo marcha según sus planteamientos- se
celebraría el anhelado por los terroristas referéndum sobre la
autodeterminación del País Vasco. Para entonces, los batasunos esperarían
haber conseguido una importante fuerza en las urnas que rondaría los 400.000
votos, 50.000 más que en las autonómicas de 2011.
Una información de R. L. V. y J. M. Z. publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Zapatero busca la unidad política, y en
especial con el PP
El presidente
llama a la prudencia y a que la esperanza una a todos y se compromete con
Rajoy a mantener una actitud de máxima información
Madrid - «Yo te
regalaré la paz en Euskadi». Aquella frase solemne y lapidaria
que un día José Luis Rodríguez Zapatero, siendo
aún jefe de la oposición, le espetó a Eduardo Madina en
el mismo hospital donde el joven socialista luchaba por la vida,
después de que ETA le mutilase para los restos, resonó ayer en
los oídos de algunos. Pero es pronto para saber qué
ocurrirá a partir de ahora y mucho más para certificar la
defunción de la banda asesina. El comunicado de ayer, cierto, abre una
puerta a la esperanza, pero con todo tipo de cautelas. Ha habido tantos
comunicados y tantas trampas que conviene extremar la prudencia. Y en esas
anda, ahora, no sólo el Gobierno, sino el PSOE en pleno, y el primero
de todos José Luis Rodríguez Zapatero. Al menos, se vislumbra
una intención de recomponer la unidad política que nunca se
debió quebrar.
El Congreso cambia la hoja de
ruta. El presidente llegó ayer al Congreso en medio de una nube de
cámaras y fotógrafos inusual en un miércoles de
sesión de control al Gobierno. Mucho más cuando el orden del día
anunciaba otra de Estatuto catalán, otra de inmigración ilegal
y otra de balance de mitad de legislatura. Todos estuvieron de acuerdo en
variar la hoja de ruta. Y esta vez no hubo Reglamento que valga, ni llamadas
al orden, ni interrupciones de Marín para reconducir el debate a lo
escrito... El primero en reclamar una valoración del presidente sobre
el alto al fuego de la organización terrorista fue Gaspar Llamazares,
y a partir de ese instante un extraño silencio se hizo en el hemiciclo
para escuchar a Rodríguez Zapatero.
El presidente no dijo mucho
más de lo que ya se escuchaba minutos antes a los suyos por los
pasillos: «Cautela y prudencia porque, después de tantos
años de horror y terror, será un proceso largo y
difícil». Ésa es la consigna, pero también el camino
que dice emprende, desde ahora, el Ejecutivo. Si acaso, una única
novedad, que no es baladí, y que el presidente se encargó de
subrayar y reiterar: «Éste es un proceso al que estamos todos
convocados y obligados». Porque su deseo es contar para esto con todas
las fuerzas políticas: «Confío en que ahora nos una la
esperanza, y nos una a todos de verdad. Ésa va a ser la
posición y la manera de trabajar del Gobierno».
Colaboración si no hay
precio político. A la pregunta de Llamazares, le siguió una
reflexión de Mariano Rajoy, que también
«aparcó» su interpelación sobre el Estatuto, para
hablar del comunicado de ETA, que «no es el que se esperaba». En
el PP sostienen que el alto al fuego es sólo una pausa y no una
renuncia. Aun así, Rajoy brindó una colaboración, con
condiciones, al Gobierno. Primero, que la paz no tenga precio político
y dos. Segundo, que el Estado de Derecho siga funcionando. Y tercero, que la
estrecha cooperación se inspire en los principios que marca el Pacto
por las Libertades y contra el Terrorismo.
Y, después, la llamada a
la unidad que hizo Zapatero fue, si acaso, más explícita cuando
se dirigió al líder del PP y reclamó, de nuevo,
«prudencia, calma, serenidad, responsabilidad... pero, ante todo, el concurso
máximo de voluntades».
Imprescindible
apoyo del PP. Ésta es, pues, la
novedad; éste, el acontecimiento. Por el momento, nadie sabe
qué saldrá de todo esto, si hay voluntad real o no del alto el
fuego, si habrá o no precio político..., pero se vislumbra, al
menos, que el Ejecutivo no desea afrontar en solitario el proceso, y mucho
menos sin el concurso del PP. Ya es algo. «El Gobierno -le dijo
Zapatero a Rajoy- va a hacer todo lo que está a su alcance para que
abordemos esta cuestión entre todos, y muy especialmente con el principal
partido de la oposición. Lo necesita la democracia».
«Seguramente todos sabemos
-expuso en tono solemne- que nos han separado muchas cosas en los
últimos tiempos, pero tengo el convencimiento y la confianza en que
ustedes desean, igual que todos los españoles, el fin de la violencia;
que lo desean hacer a través de la democracia, de la legalidad, de la
sensatez...». Así que, en adelante, el presidente promete que su
actitud con el PP y con Rajoy será de «máxima
información, de máxima colaboración para que podamos ver
el horizonte de esperanza que nos una».
«Créame
-concluyó- tengo confianza en ustedes, que han luchado mucho por el
fin del terrorismo, que han sabido mantener principios de libertad y
principios de democracia y de Constitución. Como todos representamos
esos valores, como tenemos el mismo deseo y el mismo afán...».
Manuel Marín no le dejó acabar. Ocho segundos más para
acabar la frase, un día como el de ayer y con un discurso que
prometía recomponer la necesaria unidad, no llevaban a ninguna parte,
salvo a que el presidente del Congreso se hiciese, una vez más, notar
en el hemiciclo, y el presidente tuviera que apostillar, luego en rueda de
prensa, lo que debería, quizá, haber dicho desde el principio:
que se tomará tiempo para ver si se dan las condiciones en torno al
fin dialogado de ETA y para pedir autorización al Congreso.
Una información de Esther L. Palomera publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Rajoy ofrece apoyo al Gobierno para no pagar un
precio político
Madrid - La noticia del alto el
fuego de ETA la conoció el líder del PP, Mariano Rajoy, con los
primeros avances informativos, y después le llegó la llamada
del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero,
cuando estaba en medio de la presentación de un libro sobre la
historia de su partido -le acompañaban José María Aznar
y Manuel Fraga- y ya había emplazado a los representantes de los
medios de comunicación a una comparecencia suya a las dos de la tarde.
«Buena
noticia, ¿no?». La conversación entre
los dos -«es una buena noticia, ¿no?», comentó
Zapatero, que no le trasladó información y sólo se
comprometió a ser «cauteloso», «prudente» y a
hablar con él- concluyó a media tarde con el acuerdo para una
entrevista el martes en La
Moncloa. Por cierto, antes de materializarse el
diálogo, el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, presente en el
citado acto del PP que quedó eclipsado por el movimiento etarra,
había valorado informalmente la noticia del alto el fuego permanente
como una de las más importantes desde hace muchísimo tiempo en
la política española, por suponer un «punto de
inflexión».
En cualquier caso, la respuesta,
con el grado de solemnidad que exigía la situación -un comunicado
sin aceptar preguntas-, la preparó Rajoy con su «núcleo
duro», el secretario general, Ángel Acebes, y el portavoz
parlamentario, Eduardo Zaplana, además del secretario ejecutivo de
Libertades Públicas y Justicia, Ignacio Astarloa, que fue secretario
de Estado para la
Seguridad en el segundo Gobierno de Aznar. Con Acebes y
Zaplana estuvo reunido Rajoy también durante varias horas ya por la
tarde en el Congreso, tras la sesión de control al Gobierno que
él aprovechó para reiterar en la sede de la soberanía
nacional las «líneas rojas» de su posición en este
asunto: disposición al diálogo y a ayudar, pero siempre que no
haya un precio político, que se mantenga la estricta aplicación
del Estado de Derecho y que se respete a las víctimas.
En medio de los continuos
rumores de tregua alentados por el propio Zapatero, la
«cúpula» del PP llevaba ya tiempo estudiando su posible
respuesta al escenario que ayer se confirmó, y ésta,
lógicamente, pasa por ratificar las esencias de su política
antiterrorista y por el tajante rechazo a una negociación
política, eso sí, con una mano tendida para gestionar desde el
respeto a la letra del pacto antiterrorista la puerta abierta con el alto el
fuego. El objetivo no puede ser otro que la «derrota» de la banda
ETA.
Prudencia envuelta en un
escepticismo fundamentado en el resultado de las experiencias pasadas,
especialmente la «tregua-trampa» del 98, y en el análisis
del comunicado etarra, en el que, a juicio de los «populares»,
los terroristas no modulan ninguna de sus tradicionales reivindicaciones ni
tampoco dan señas de que vayan a aceptar su disolución. De la
letra se deduce -según fuentes de la dirección- la exigencia de
la autodeterminación, de la territorialidad, de que el Estado de
Derecho deje de funcionar..., amén de incluirse la apelación al
Gobierno francés como agente del «proceso».
Preocupación
por la gestión política. Este
análisis explica que al PP no le baste sólo con ser recibido en
La Moncloa,
sino que también sea partidario de que se convoque la comisión
de seguimiento del Acuerdo por las Libertades para analizar en ese
simbólico marco -en el que los dos principales partidos se
comprometieron a no pagar ningún precio político por la paz- la
nueva situación.
El «número
uno» y el «dos» del partido, Rajoy y Acebes, comparten
condición de ex ministros de Interior y, por tanto, conocen de primera
mano la realidad de la banda terrorista, de ahí que las dos reuniones
que el jefe de la oposición celebró ayer con su «cúpula»
estuvieran marcadas por el sentimiento de preocupación ante la
gestión política que se haga del alto el fuego.
«Esperemos que el Gobierno no caiga en la tentación de hacer el
ejercicio de voluntarismo que pretende ETA», aseguraba uno de los
«pesos pesados» del PP.
La promesa de Zapatero de
rectificar lo que hasta ahora ha sido una de las guías de su
política antiterrorista, es decir, cortocircuitar los canales de
diálogo con el principal partido de la oposición abiertos en la
etapa de Aznar, se recibió en Génova con escepticismo. Rajoy
sigue sin fiarse de la palabra del presidente del Gobierno, pero no se cierra
a que los hechos le lleven a cambiar una opinión asentada en el
resultado de sus últimas entrevistas -todavía recuerda
cómo Zapatero se comprometió con él en privado a un
pacto sobre el modelo territorial, que luego desmintió
públicamente. A esperas de ver cómo evoluciona todo, la
inmediata reacción del fiscal general del Estado, apuntando a un
cambio en la política judicial, fue anoche la primera señal de
alarma en el cuartel general del PP. El jefe de la oposición le
pedirá a Zapatero que le aclare qué está dispuesto a
dialogar: su partido no apoyará una resolución del Congreso
para dar luz verde a una negociación con la banda ETA sobre la base de
la letra del comunicado conocido ayer.
Una información de C. Morodo publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Los obispos afirman que sólo les vale la
disolución y desaparición de la banda
Los prelados
vascos, sin embargo, reciben la noticia con «verdadera esperanza»
y alivio
Madrid - El secretario general y
portavoz de la
Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Antonio
Martínez Camino, manifestó ayer que es
«insuficiente» la tregua anunciada por la banda terrorista y
pidió la disolución la banda terrorista. Martínez
Camino, que hizo esta valoración tras presentar el Nomeclátor
2006 de la CEE,
afirmó que «nos alegramos de que los terroristas hagan
pública su voluntad de no matar, extorsionar y de, suponemos, no
seguir ejercitando las demás acciones terroristas. ¡Qué
menos! Pero nos parece poco», añadió el portavoz de la CEE, que subrayó que
«ETA debería anunciar su disolución y su
desaparición. Eso es lo que esperan los ciudadanos de bien»,
según informa Servimedia.
Martínez Camino
también dijo que «parece evidente que ETA no puede, de modo
alguno, poner precio de ningún tipo al respeto a los derechos
fundamentales de las personas, ni al funcionamiento normal de las
instituciones democráticas, que son las que tienen la legitimidad y la
encomienda de velar por la solidaridad y por el bien común de
España». En este sentido, Martínez Camino se
remitió a los números 35 y 40 de la «Instrucción
pastoral sobre la valoración moral del terrorismo en España, de
sus causas y sus consecuencias». El número 35 de la citada
pastoral reza que «España es el fruto de uno de estos complejos
procesos históricos. Poner en peligro la convivencia de los
españoles, negando unilateralmente la soberanía de
España, sin valorar las graves consecuencias que esta negación
podría acarrear no sería prudente ni moralmente
aceptable».
ETA no es
interlocutor. Por su parte, el punto 40
afirma que «ante cualquier problema entre personas o grupos humanos, la Iglesia subraya el valor
del diálogo respetuoso, leal y libre como la forma más digna y
recomendable, para superar las dificultades surgidas en la convivencia. Al
hablar de diálogo, no nos referimos a ETA, que no puede ser
considerada como interlocutor político de un Estado legítimo, ni
representa políticamente a nadie, sino al necesario diálogo y
colaboración entre las diferentes instituciones sociales y
políticas para eliminar la presencia del terrorismo, garantizar
firmemente los legítimos derechos de los ciudadanos y perfeccionar, en
lo que sea necesario, las formas de organizar la convivencia en libertad y
justicia», añade el citado número.
Finalmente, Martínez
Camino expresó «la cercanía y la solidaridad de la Iglesia con las personas
que sufren y que han sufrido las consecuencias de las acciones terroristas de
ETA, de sus asesinatos, de sus extorsiones, de sus imposiciones y de sus
amedrentamientos de todo tipo. La Conferencia Episcopal
está con las víctimas del terrorismo».
Bien distinta de la de la Conferencia Episcopal
Española es la percepción que de la tregua tienen los obispos
vascos, que manifestaron haber recibido «con verdadera esperanza»
el alto el fuego y expresaron su apoyo a los gobernantes y representantes
políticos que, en estos momentos, «tienen en sus manos la especial
responsabilidad de conducir la construcción democrática de una
sociedad justa y en paz».
En un comunicado conjunto, el
obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal,
Ricardo Blázquez, el de San Sebastián, Juan María
Uriarte, y el de Vitoria, Miguel Asurmendi, aseguraron que, en la medida en
que este anuncio vaya a suponer una renuncia definitiva a la violencia,
experimentan, junto con la sociedad vasca, «una sensación de
alivio y una expectativa de que éste pueda ser un paso importante en
el camino hacia una plena pacificación y reconciliación».
Los prelados afirmaron que, a
pesar de que intentos anteriores de pacificación no han llegado a dar
«el fruto deseado», contemplan la nueva situación como una
«oportunidad» de construir la convivencia social entre todos
«desde la pluralidad legítima y democrática».
«Todos los ciudadanos estamos llamados a contribuir a crear un clima
social en el que se aleje definitivamente de nuestras relaciones el recurso a
la violencia», añadieron.
Una información de R. N. publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Los sindicatos policiales, muy escépticos ante
el anuncio
El Sindicato Unificado de
Policía (SUP) y la Unión Federal de Policía (UFP)
emitieron un comunicado conjunto en el que se muestran
«escépticos» ante el anuncio del alto el fuego, entre
otras cosas porque procede de «una banda de asesinos» y no
responde a las exigencias de la Resolución aprobada en mayo en el
Congreso de los Diputados para una posible negociación. Por su parte, la
Confederación Española de Policías
(CEP) pidió que el Gobierno no haga «ninguna concesión
política» a ETA, al tiempo que pidió mucha prudencia.
Una información publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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El Rey estuvo «informado de todo» desde
el principio
Madrid - Don Juan Carlos estuvo
ayer «absolutamente informado de todo» lo relativo al anuncio de
alto el fuego permanente por parte de la banda terrorista ETA, y
siguió «con mucha atención» desde el Palacio de la Zarzuela las reacciones
que se produjeron a lo largo de la jornada, según informaron fuentes
de la Casa Real.
Un ayudante del Cuarto Militar
comunicó al Rey el anuncio de ETA durante su asistencia a la clausura
del centenario del Instituto de la Ingeniería de España, que se
celebró en la sede madrileña del mismo. Don Juan Carlos
continuó con el programa previsto y realizó su intervención
poco después tal y como había sido redactada, sin aludir al
alto el fuego de la organización terrorista. Las citadas fuentes no
pudieron precisar si se produjo y en qué momento una
conversación telefónica entre el monarca y el presidente del
Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre este asunto.
No obstante, el jefe del
Ejecutivo indicó desde el Congreso de los Diputados que había
mantenido contactos telefónicos con el líder del PP, Mariano
Rajoy, y el lehendakari vasco, Juan José Ibarretxe, en el momento en
el que conoció el anuncio del alto el fuego permanente, informa Ep.
Una información de R. N. publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Ibarretxe pone la mesa que pidió Otegi
El lendakari da
luz verde al debate exigido por HB, que llevaría a la autodeterminación
Vitoria - El comunicado de ayer
de la organización terrorista ETA puso en marcha la hoja de ruta nacionalista
en busca del ansiado referéndum sobre el derecho de autodeterminación. Apenas
tres horas y media después de que los terroristas anunciasen un «alto el
fuego permanente», el lendakari, Juan José Ibarretxe, comparecía ante la
prensa en el Palacio de Ajuria Enea. Acompañado por todos los consejeros de
su gobierno y con una enorme cara de satisfacción, leyó un comunicado
institucional en el que anunciaba que ya había comenzado los contactos con
los partidos políticos vascos para «el inicio de una fase preliminar de
diálogo sin exclusiones, con el objetivo de concretar el calendario del
proceso, los principios, metodología y los contenidos del diálogo, par
abordar con garantías a continuación la constitución de la mesa de partidos».
De este modo, anunciaba la
puesta en marcha de la primera de las dos mesas que el portavoz de la
ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, propuso en el velódromo donostiarra de
Anoeta en noviembre de 2003 y de las que ha intentado apropiarse. Una mesa
cuyo objetivo, según la declaración institucional, será «alcanzar un acuerdo
integrador para la normalización política que será sometido después a
consulta popular».
Ibarretxe, consciente de «la
responsabilidad de gestionar un nuevo tiempo, un futuro mejor y apasionante»,
mostró su «alegría porque por fin ETA ha escuchado a la sociedad vasca», y
añadió que «es obligación de ETA no frustrar nunca más la ilusión de nuestro
pueblo, y obligación de partidos e instituciones hacer irreversible el
proceso de paz». Así, exigió la «desaparición plena y definitiva de todas las
acciones y manifestaciones de violencia» y demandó, «con firmeza, el respeto
de los derechos humanos y las libertades de todas las personas», y añadió que
«tenemos que trabajar para abrir definitivamente la puerta de un proceso de
paz que suponga el final dialogado de la violencia hasta lograr su completa
desaparición», siendo capaces «de mostrar un reconocimiento sincero a todas
las víctimas».
El lendakari desveló que
transmitió telefónicamente a Zapatero su compromiso para «desarrollar con él
un proceso de diálogo leal y sincero sobre las cuestiones políticas referidas
al proceso de normalización». Finalmente expresó su compromiso con la vía
exclusivamente política y democrática para solucionar «el conflicto de
naturaleza política existente en Euskal Herria».
Poco después, en una rueda de
prensa en San Sebastián, el portavoz de Batasuna Pernando Barrena, acompañado
de Joseba Permach y otros miembros de la formación ilegalizada, daba lectura
en castellano a un comunicado en el que califican el anuncio de ETA de
«aportación para construir un escenario de soluciones políticas y para poner
en marcha un proceso democrático en el conjunto de Euskal Herria». En este
sentido, Batasuna insta a los Gobiernos español y francés «a abrir una nueva
etapa política» y a «desactivar todas las medidas represivas y de
condicionamiento de la actividad política. Barreda insistió en lo que Madrid
y París pueden aportar al proceso de negociación política «bajo la referencia
clave del respeto a la palabra de la ciudadanía vasca».
El comunicado de la organización
terrorista ETA en el que anunciaba el alto el fuego permanente fue celebrado
en la mañana de ayer por todo lo alto en el Ayuntamiento de San Sebastián,
donde gobierna, junto a los nacionalistas, el polémico socialista Odón
Elorza. Portavoces de todos los grupos representados en el Consistorio,
excepto el Partido Popular, se reunieron en dependencias municipales para
brindar con cava catalán, «por la paz» y por lo que deben considerar un bulto
en el proceso de paz, «los ausentes involuntarios», expresión textual y
eufemismo utilizado por el alcalde vasco para referirse a las víctimas del
terrorismo etarra.
Una información de J. Arias Borque publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Carod, eufórico, vaticina un proceso «rápido»
«Ya he hecho lo
que tenía que hacer, y no sólo en 2004», responde sobre su intervención
Barcelona - Hacía mucho tiempo
que el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, esperaba este momento. Y ayer
no podía esconder su permanente sonrisa durante toda la rueda de prensa.
Carod se presentó ante los medios de comunicación con el pin de «conseller
primer» del Gobierno catalán. Una distinción que no colgaba de la solapa de
la chaqueta desde que abandonó el Ejecutivo tras su entrevista con ETA en
Perpignan.
Tras el anuncio «histórico» del
alto el fuego de la banda terrorista, el líder independentista advirtió de
que, por vez primera, ETA utilizó el término de «alto el fuego permanente».
Precisamente, las mismas palabras que empleó el IRA en su primer gesto hasta
la entrega de armas años más tarde. Carod se mostró convencido de que se
trata de un proceso «irreversible» hacia la paz y que será un recorrido más
rápido de lo que «a priori» puede parecer. «Después de que ETA haya hecho lo
que tenía que hacer, ahora es el Gobierno quien tiene que dar el siguiente
paso» y «espero y confío que así sea», concluyó el líder republicano.
Sobre la posibilidad de que
Carod sea una pieza clave en este proceso, el republicano, enigmático, dijo
que «yo ya he hecho todo lo que tenía que hacer y no sólo en enero de 2004».
Finalmente, el presidente de ERC
aseguró que en el País Vasco todos sabían que este comunicado llegaría antes
del Aberri Eguna (el día de la patria vasca) que se celebra el 17 de abril.
La noticia cogió a contrapié a
todos los políticos catalanes y causó enorme sorpresa. De hecho, el anuncio
interrumpió la reunión que el líder de CiU, Artur Mas, mantenía con el
lendakari, Juan José Ibarretxe. El convergente y el portavoz parlamentario,
Felip Puig, estaban reunidos con el lendakari cuando éste recibió los
primeros indicios del alto el fuego permanente. «Nos ha cogido muy en
caliente, la sorpresa ha sido importante, pero también ha sido la
confirmación de las expectativas que había en los últimos tiempos», explicó
Artur Mas, que quiso salir al paso de las lecturas que relacionaban el
comunicado con la aprobación del Estatut. «Eso merece una repulsa total,
porque si alguna vinculación ha tenido ETA con Cataluña es haber sufrido las
consecuencias de ETA».
Por su parte, el «conseller
primer», Josep Bargalló, pidió al Gobierno que en el nuevo escenario «escuche
todas las voces y no deje al margen a ninguno de los interlocutores
significativos». El socialista Joaquim Nadal calificó de «buena noticia» el
alto el fuego, pero reclamó mantener la «prudencia», y el líder de ICV, Joan
Saura, auguró un proceso «largo y duro». La precaución vino de la mano del
PPC. Así, la diputada Alicia
Sánchez Camacho pidió «gran serenidad» ante el gesto de la
banda terrorista.
Una de las declaraciones más
esperadas fue la del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que en una
declaración institucional manifestó su esperanza en que este anuncio sea «la
última página de una pesadilla» que «los ciudadanos vascos, catalanes y
españoles han sufrido largamente. Además, Maragall aprovechó para manifestar
su apoyo «al presidente del Gobierno español que ha hecho que todo sea
posible».
Una información de Tate Santaeulària publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Aguirre llama a la prudencia y pide que se tenga
presente a las víctimas
Madrid - La presidenta de la Comunidad de Madrid y
máxima dirigente del PP en la región, Esperanza Aguirre, consideró ayer que
el anuncio de alto el fuego hecho por ETA «debe llevar a extremar la
prudencia y la cautela». En este sentido, advirtió de que «no es la primera
vez» que la banda terrorista «hace un anuncio no ya de tregua sino de alto el
fuego, y por desgracia, después de esos casos anteriores, ETA ha seguido
existiendo como tal organización terrorista, ha seguido con la extorsión y ha
seguido matando».
En opinión de Aguirre, lo
importante en esta ocasión es «el ofrecimiento de apoyo» que el PP ha hecho
al Gobierno en el marco del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo
para que «no haya que pagar precio político por el abandono de la violencia».
La dirigente del PP madrileño
tuvo un recuerdo especial para sus «compañeros del País Vasco, que ahora no
tendrán que mirar debajo de sus coches para ver si tienen una bomba», así
como para «esos doscientos mil ciudadanos vascos que han tenido que huir de
allí», informa Ep.
Recuerdo a las
víctimas. Por último, Esperanza Aguirre consideró la
ocasión propicia «para recordar a las víctimas y testimoniarles que en
nuestra memoria van a estar siempre». La presidenta regional hizo estas
declaraciones antes de presidir la entrega de diplomas a estudiantes de
Bachillerato en el Paraninfo del Rectorado de la Universidad Politécnica
de Madrid.
Por su parte, el presidente de
Murcia, Ramón Luis Valcárcel, también aludió a las víctimas del terrorismo y
señaló que el Gobierno español «no puede pagar precio alguno para que
desaparezca esta lacra y los ciudadanos podamos vivir sin temor a sus
zarpazos». «Queremos y anhelamos la paz, pero nunca a costa de la dignidad y
de la honra. Porque eso ocurriría si a cambio del alto el fuego anunciado,
los gobernantes de la Nación
les concediesen las conocidas exigencias de autodeterminación». En este
sentido, Valcárcel indicó que «esa potestad -la autodeterminación- es
patrimonio del pueblo español en su conjunto. Por tanto, en estos momentos
hay que exigir más que nunca el respeto escrupuloso al Estado de Derecho».
Una información de L. R. N. publicada
en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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EE UU celebra este «paso decisivo»
Estados Unidos celebró ayer el
anuncio de la tregua de ETA. El portavoz del departamento de Estado, Sean
McCormack, señaló que «cualquier paso decisivo por parte de ETA para
abandonar la violencia debe ser bienvenido». McCormack anunció que «EE UU
estará en contacto en los próximos días con el Gobierno español para conocer
los detalles y el desarrollo del anuncio» de la banda terrorista. EE UU y
España «conocen bien el sufrimiento» que produce el terrorismo, recordó el
portavoz, que destacó que el Gobierno estadounidense sigue comprometido junto
a España en la lucha contra el terror. Preguntado por si Washington considera
que el proceso de paz irlandés podría servir de modelo para España, McCormack
resaltó que ésa es una cuestión que sólo corresponde al Ejecutivo español.
La noticia del alto el fuego de
los terroristas vascos tuvo gran repercusión en los medios de comunicación,
que ofrecieron una amplia cobertura del anuncio. El influyente diario «The
New York Times» afirmó en su edición digital que la tregua «da esperanzas
para que acaben décadas de violencia».
Una información de Marta G. Hontoria publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Chirac: «Es una gran esperanza para España»
Los medios de
comunicación de todo el mundo
destacaron ayer con una amplia cobertura la tregua armada, que calificaron de
«buena noticia»
Madrid - El anuncio de ETA fue
una de las noticias más destacadas ayer en las ediciones digitales de los
periódicos de todo el mundo.
Francia: El
presidente de la
República Francesa, Jacques Chirac, aseguró que el anuncio
de ETA es «una gran esperanza para España y para la lucha contra el
terrorismo». En un comunicado difundido por el Palacio del Elíseo, el
mandatario recordó «la cooperación ejemplar» entre los dos países, en
referencia a la lucha antiterrorista, y «el apoyo de Francia a los esfuerzos
de España para poner fin a esta plaga». Los grandes diarios como «Le Monde» o
«Le Figaro» relegaron la noticia a un segundo lugar, aunque éste último
valoró el anuncio como «una buena noticia para todos los españoles». Sólo
«Liberation» abrió su página web con la tregua. Para la radio pública gala,
se trata de «la primera etapa de un proceso de paz muy esperado».
Reino Unido: La BBC británica abrió su
edición internacional en internet con la noticia y propuso un foro de
participación bajo el título: «¿Conseguirá el alto el fuego de ETA acabar con
el conflicto?», al que se añadían vínculos a páginas españolas y varios
archivos de documentación.
Irlanda del
Norte: El Sinn Fein, brazo político del IRA, que anunció
su desarme en julio del año pasado, difundió un comunicado para expresar su
posición ante este alto el fuego. Gerry Adams aseguró que ETA ha dado «a
todas las partes en el conflicto una oportunidad de proporciones históricas».
Italia: «La Repubblica» aseguró
que ETA ha escogido «la vía democrática hacia la autodeterminación», y el
«Corriere de la Sera»
recordó que la tregua era la condición indispensable para iniciar un proceso
de diálogo.
Alemania: «El
precio de la paz en España», titulaba el diario «Süddeutsche Zeitung» en la
portada de su versión online. El corresponsal Peter Burghardt analizaba «la
oportunidad histórica» y las concesiones que será preciso realizar. El
anuncio fue recogido por la gran mayoría de periódicos online, radios y
televisiones.
UE: Las
instituciones comunitarias se mostraron «prudentes». La Comisión Europea
decidió no hacer ninguna declaración institucional, y fue el comisario de
Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, el único que se pronunció. «Por supuesto
que es una noticia positiva», señaló.
Países árabes: Las
principales cadenas de televisión árabes y musulmanas, como Al Yazira de
Qatar, Arabiya de los Emiratos, MBC de Arabia Saudí y ANN de Siria, dieron
ayer la noticia entre las más importantes de sus telediarios. Las agencias de
Prensa de Marruecos, MAP, y de Argelia, APS, difundieron la noticia, pero sin
comentarios. Los Gobiernos árabes, por su parte, guardaron un mutismo total.
Iberoamérica:
Medios como «La Nación»
argentina abrieron su portada con la tregua. «El Universal» de México destacó
del comunicado que ETA «emplaza a las autoridades de España y Francia a que
respondan de manera positiva a esta nueva situación, dejando a un lado la
represión». «La Tercera»
y «El Mercurio» chilenos recogieron con gran amplitud esta noticia.
Canadá: Canadá
acogió con alegría la noticia. Las distintas cadenas de radio informaron
sobre el anuncio de ETA en sucesivos boletines. La situación política del
País Vasco y su relación con el Gobierno central son motivo de interés para
el público canadiense, debido a su analogía con la relación entre Quebec y el
resto de Canadá.
Información realizada por Marta Torres, Pedro Canales,
Darío Menor, Javier Gómez, Anxela Iglesias y Enrique López Soriano publicada
en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Las víctimas piden prudencia y recuerdan que no se
anuncia la entrega de las armas
La AVT cree que se trata de «una nueva trampa de los asesinos»
para conseguir objetivos políticos
Madrid - Las víctimas de ETA no
lo ven tan claro y positivo como el análisis que desde otros sectores se hace
del anuncio de la banda terrorista. Varios colectivos señalan que hay que
mantener la prudencia sobre el futuro y que no es oro todo lo que reluce. Más
allá va el vicepresidente del Foro Ermua, Mikel Buesa, que afirma que «ETA no
ha anunciado ni el fin de la extorsión a los empresarios, ni el fin del
terrorismo callejero, ni el fin del acoso a los concejales
constitucionalistas en los pueblos del País Vasco, ni ha anunciado que vaya a
dejar la violencia... así que no debemos confundir esto con el fin de ETA».
Buesa, en declaraciones a LA
RAZÓN, alertó en repetidas ocasiones de que esto no es el
fin de ETA, y aseguró que «además, sigue en la pretensión de lograr la
autodeterminación, y conviene recordar que ese derecho no está recogido en la Constitución y es
un asunto innegociable». El vicepresidente del Foro Ermua también indicó que
«ETA reclama un papel de interlocución política», algo que en su opinión el
Gobierno no debería admitir porque «eso atenta contra un sistema democrático»
como el español. Tras insistir en que «no debe verse reconocida
políticamente», Buesa pidió que se eviten «los errores del pasado, fruto de
los cuales vino el reforzamiento político y logístico de la banda que derivó
en una intensísima campaña de atentados».
Por su parte, el presidente de la Asociación de
Víctimas del Terrorismo, José Alcaraz, reclamó en declaraciones a este diario
que se mantenga la prudencia. Igualmente, Alcaraz recordó que «no es lo que
queremos los españoles, lo que queremos es el cese definitivo de la
violencia, la desaparición de la banda total y sin contrapartidas». De la
misma manera, exigió rotundamente que «no queden impunes los asesinos que
están pendientes de juicio», al tiempo que resaltaba que «el comunicado no
renuncia a la independencia y exige la legalización de Batasuna». La Asociación, a través
de un comunicado, denunció ayer que el anuncio de ETA es «una nueva trampa de
los asesinos para conseguir objetivos políticos». La AVT, en esta nota, indica
que «nuestro Estado de Derecho no puede quedar sometido a los designios de
viles criminales, que a lo largo de la historia han demostrado que sus únicos
argumentos son el tiro en la nuca, la extorsión y el asesinato».
Por su parte, Pilar Elías,
concejala del PP en Azkoitia (Guipúzcoa), expresó ayer en declaraciones a
Servimedia su temor a que la tregua de ETA conduzca a un proceso que extienda
a otras personas la situación que ella vive en su localidad, en el sentido de que se cruza
casi a diario con el asesino de su marido, quien, además, tiene una
cristalería bajo su domicilio. «Si hay un pacto con ETA y luego los
terroristas salen a la calle, veo que muchos van a pasar por la misma
situación que yo», aseguró Elías, quien añadió que la situación que ella vive
es «muy desagradable». «Yo no le deseo esto a nadie», remarcó la edil, quien
añadió que no sería «nada deseable» que el «alto el fuego permanente» de la
banda terrorista llevara a una paz en la que más personas empezaran a padecer
lo mismo que ella y aseguró que «hay que ser muy prudentes» sobre la
declaración realizada por la organización criminal, pero anticipó que, en
principio, no le produce «mucha confianza».
Por último, Luis Portero, hijo
del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)
asesinado por ETA, subrayó ayer que el alto el fuego «no es permanente, sino
un alto en el camino hasta que se celebre un referéndum que decida sobre la
autodeterminación» del País Vasco. Portero aseguró que «no es el abandono
definitivo de la violencia terrorista que pide la resolución del Parlamento
español para empezar a hablar con esta gente».
Una información de D. Mazón y R. N. publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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La madre que lloró ante el presidente
El hijo de
Dolores es la víctima 931. Después de él murieron otros tres. Asegura que aún
no puede perdonar y confía en que Zapatero cumpla la promesa que le hizo de
no ceder ante ETA
Madrid - El día que el
presidente del Gobierno visitó Melilla, en medio de la polémica por las
vallas fronterizas y los centros de internamientos saturados, María Dolores
Martín salió a pasear por la ciudad con su nieto. Se le ocurrían un millón de
cosas que comentarle a Zapatero, pero no quería ser protagonista. Así que
siguió su camino.
Tres años antes ya había mirado
a un ministro del Interior a los ojos, unos ojos rojos y doloridos y le había
advertido sobre el futuro de los terroristas que acababan de asesinar a
bocajarro a su hijo de 27 años. Pero María Dolores no pudo evitar mirar a los
jóvenes policías que se encontraban en la delegación del Gobierno melillense
ese día y «vio a Antonio». Antonio Molina murió en el tiroteo de la A-6 cuando sospechó de los
ocupantes de un vehículo que estaba cargado de explosivos. Su rostro se le
vino a su madre a la cabeza mientras cogía a su nieto de la mano mientras el
presidente se paseaba por la ciudad autónoma. «Entonces pensé: esto no se
puede quedar así. No, no, no».
Subió a su casa, dejó al chaval
a buen recaudo, se agarró a la foto de su hijo y traspasó el cordón para
encontrarse con Zapatero. Con su imagen en el pecho sólo le pidió el
cumplimiento íntegro de las penas. Le avisó de que apoyaría su política, la
del Partido Popular, la de Izquierda Unida. ¡Qué más daba! Sólo le rogó
contundencia con los asesinos, y que no utilizase el terrorismo como
estrategia. El jefe del Ejecutivo la escuchó, la miró y la abrazó. «Gracias»,
le dijo.
Ayer María Dolores se enteró de
la noticia en su casa, en Melilla. Dice que le ha dolido porque es un engaño.
No habrá fin de ETA. Cree que los políticos juegan con las palabras. Todos.
«Hoy el PSOE, mañana el PP...»
María Dolores habla desde la
calma y la tranquilidad. Cuenta que, al principio, tras perder a su hijo, su
recuerdo le dio mucha energía, mucha fuerza, luchaba, hablaba, mantenía
contacto con los medios de comunicación, se involucró. Sin embargo, llegó un
momento que se agotó de tanto dolor. Decidió quedarse quieta para no sufrir.
Por eso no va a las manifestaciones, no se exhibe en primera línea, en
definitiva, no vende su voz.
Ayer, en cambio, sí tenía ganas
de hablar. Como madre que ha sufrido en sus carnes la brutalidad de la
violencia, sabe que la sociedad demanda la paz. Esa gente de a pie que se
levanta a las seis de la mañana y paga las hipotecas, como ella con ternura
las define, quiere que no se mate más. Pero María Dolores, como el de su
nombre, el dolor la ha hecho desconfiar. No sólo de los terroristas, también
del Gobierno, de la oposición. De todos. Cree que Otegi no irá a la cárcel,
«ni él ni los que van con él». Eso le produce vergüenza. Para ella, la Ley es la Ley. Y eso es sagrado.
A la pregunta ¿has perdonado?
María Dolores contesta con otra. «¿Qué es el perdón?» Lo hace sin rencor,
pero sin ingenuidad. No concibe liberar a quien no se arrepiente, a un
asesino reincidente. «Que les caiga todo el peso de la Ley». Invita a todos a
ponerse en su piel. «¿Usted perdonaría?...»
A los que sí lo harían, María
Dolores ni les envidia ni les critica. «Cada cual es como es». De hecho se
disculpa varias veces por decir, por opinar, sabe, que de cara a la galería
no es una experta en la materia.
Pero hay algo dentro de María
Dolores que ayer la empujó a volver a abrirse con esa sapiencia de la que ha
llorado y ha pensado mucho. Ella lo sabe. Ha aprovechado la autoridad que da
la lejanía. Y por eso ayer quiso explicar su perspectiva. No para atacar a un
Gobierno ni a un partido ni a un presidente, sino porque cree en ello. Desde
lejos, el recuerdo de su hijo que vive en ella. Antonio fue la antepenúltima
víctima de ETA. Tras el tiroteo en la carretera, vendrían Joseba
Pagazaurtundua, sargento jefe de la policía local de Andoain y más tarde, los
dos agentes de la
Policía Bonifacio Martín y Julián Embid. A esta madre y
abuela al menos le queda el consuelo de que la lista podía haber sido mucho
más larga, si su hijo no hubiese hecho su trabajo y esos explosivos hubiesen
llegado a su destino.
Una información de Diana Valdecantos publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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El héroe Molina
Antonio Molina María Dolores se
siente muy orgullosa de su hijo. No en vano su actuación salvó muchas vidas.
Antonio Molina sospechó de un vehículo parado en la A-6 a la altura de Collado
Villalba. Corría el año 2002. Él y su compañero se acercaron a comprobar que
todo estaba en orden. Cuando este joven de 27 años saludó al conductor, los
terroristas, sin mediar, palabra abrieron fuego.
Le hirieron de muerte. Su
compañero se defendió a tiros de los etarras que intentaron huir. Nadie sabe
que hubiera pasado si a Antonio no le hubiese llamado la atención ese Ford
Escort. Dentro, los pistoleros escondían cincuenta kilos de explosivos.
Venían a Madrid para atentar y sembrar el pánico y el terror. Molina cumplió
su trabajo y libró a muchos de la muerte.
Una información publicada en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su interés
informativo reproducimos íntegramente el texto.
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El deporte español, optimista, califica la noticia de
paso hacia adelante
Vitoria - La noticia del alto el
fuego permanente anunciado ayer por la banda terrorista ETA ha sido recibida
con alegría y, sobre todo, con esperanza por el mundo del deporte español.
El presidente del Comité Olímpico de nuestro país (COE), Alejandro Blanco,
dijo a Efe que «la desaparición de actos de terrorismo es una gran noticia
para España, porque todos los actos terroristas han sido una lacra para
nuestro país». «La democracia en España es una gran realidad y el único
camino válido para defender las ideas es mediante la palabra o el diálogo»,
declaró el máximo mandatario del COE.
El ex ciclista Miguel Induráin,
ganador del Tour de Francia en cinco ocasiones, una de las leyendas del
deporte español, declaró que «es una buena noticia y un paso adelante».
Aunque abogó por «la no violencia y hablar», pidió prudencia y estudiar el
asunto detenidamente. Induráin resaltó que «al final la gente lo que pide es
vivir en paz, tranquila, y para eso se elige a los políticos, para que sean
ellos los que tengan que hablar de esas cosas, los ciudadanos lo que quieren
es vivir más tranquilos».
Otro ciclista español de
renombre, Óscar Freire, triple campeón del mundo de fondo en carretera, se
mostró escéptico, aunque esperanzado, respecto al alto el fuego anunciado por
ETA y aseguró que «se ha dado un paso político importante que ojalá se
cumpla». «Veo difícil que se cumpla. A nivel político, a lo mejor se ha
llegado a un acuerdo, pero luego pueden aparecer grupos que no saben de
política ni en qué bando están y que actúan por dinero. A algunos les sentará
mal», dijo. Freire, residente en Suiza, se mostró sorprendido con la noticia
y afirmó que «es difícil que una historia tan larga termine de un día para
otro». «Creo que se ha dado un paso político importante y deseo que se cumpla
y que no se echen atrás», añadió.
El presidente del Athletic de
Bilbao, Fernando Lamikiz, considera que es «una noticia positiva, largamente
esperada» y que «llena a todos de ilusión y esperanza». Lamikiz dijo que, en
definitiva, lo que hay que hacer ahora es «mirar al futuro y ser todos
conscientes de que hay que evitar personalismos y pasiones humanas para
buscar una solución que sea buena para todos».
Una información de R. N. publicada
en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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Los precedentes: siete contactos, seis fracasos
Sólo el diálogo
con ETA-Pm en 1980 llegó a buen puerto, aunque no hubo entrega de armas
Madrid - En los últimos años,
todos los gobiernos, independientemente de su tendencia, han tratado de
acabar con ETA negociando. Los primeros intentos se remontan a 1976, con el
Ejecutivo de la UCD,
cuando un comandante de los servicios de información se reunió en Ginebra con
responsables de ETA militar y ETA político-militar y les propuso una tregua a
cambio de discutir la liberación de presos y el retorno de exiliados. La
banda continuó con su actividad y en 1978 supeditó cualquier negociación a la
«Alternativa KAS», que incluía el reconocimiento del derecho de
autodeterminación. Ese año, Interior hizo llegar a ETA una propuesta, que no
prosperó, para reunirse en Ginebra, y las conversaciones se rompieron tras el
asesinato de José María Portell, que hizo de mediador.
Renuncia de
ETA-pm. A finales del verano de 1980, el entonces
ministro del Interior, Juan José Rosón, y el secretario general de EE, Mario
Onaindía, iniciaron contactos para abrir vías de integración social para los
miembros de ETA decididos al abandono de las armas. Al hilo de ello, ETA-pm,
cinco días después del 23-F, anunció un alto el fuego sin condiciones y el 28
de mayo anunciaba la paralización de su actividad armada. Pero el 22 de
febrero de 1982 un sector de ETA-pm, autodenominado VIII Asamblea, se
escindió y rompió la tregua, mientras el 30 de septiembre ETA-pm VII Asamblea
se disolvía.
Pasaron de nuevo dos años hasta
que los contactos se retomaron. Fue a través de un grupo de jesuitas,
encabezados por José María Martín Patiño, que se ofreció como mediador. Su
gestión fue autorizada y se llevó a cabo en colaboración con el embajador
francés en España, Pierre Guidoni, sin resultados.
Tampoco prosperó el diálogo
abierto en noviembre de 1986, cuando el abogado Jorge Argote se entrevistó en
Argelia con Domingo Iturbe Abasolo, «Txomin», interlocutor también de la
banda en las conversaciones del 11 y el 12 de enero del año siguiente junto
con la abogada Christianne Fando. A ellas, por parte del Gobierno, asistieron
el secretario de Estado Julián Sancristóbal y los comisarios Manuel
Ballesteros y Pedro Martínez. El diálogo se truncó por la muerte de «Txomin»,
pero se retomó con Eugenio Etxebeste, «Antxon», antes de una nueva ruptura
por el atentado de diciembre de 1987 contra la casa cuartel de Zaragoza.
El 29 de enero de 1988 ETA hizo
público un comunicado en el que se mostraba dispuesta a una «tregua parcial»
a cambio de conversaciones en las que el Gobierno argelino sería mediador. El
entonces delegado del Gobierno en el País Vasco, Julen Elgorriaga, viajó a
Argel y se reunió con «Antxon» sin éxito cuatro días antes de que ETA
secuestrara a Emiliano Revilla.
Los contactos se retomaron en
octubre, cuando comenzaron a gestarse las «conversaciones de Argel». En la
ciudad africana se reunieron Rafael Vera y Juan Manuel Eguiagaray con
«Antxon», Ignacio Aracama y Belén González. Las conversaciones llevaron a que
ETA, en un comunicado del 28 de marzo, asegurara que había acuerdo sobre ocho
puntos, entre ellos, la creación de una mesa negociadora entre PSOE y HB, que
provocó el rechazo de los partidos y la posterior garantía del Gobierno de
que ese punto no había sido aceptado. ETA instó al Ejecutivo a rectificar y,
al no conseguirlo, el 4 de abril declaró abiertos «todos los frentes»,
perpetrando un atentado cuatro días después.
Tras este fracaso, los nuevos
responsables de Interior bloquearon cualquier intento de diálogo. Antoni
Asunción dio por cerradas todas las vías que mantuvo abiertas Vera, y su
sucesor, Juan Alberto Belloch, se negó a cualquier negociación mientras ETA
no abandonara las armas. Sin embargo, en el verano de 1995, el premio Nobel
de la Paz Alfredo
Pérez Esquivel trasladó al Gobierno una carta de la banda, pero los contactos
concluyeron con la victoria del PP en las generales de 1996.
Las últimas conversaciones
fueron consecuencia de la «tregua unilateral e indefinida» del 16 de
septiembre de 1998. Aunque el Ejecutivo la acogió con escepticismo, José
María Aznar autorizó el 3 de noviembre una «toma de temperatura» para
comprobar la voluntad de ETA. La reunión tuvo lugar en Suiza, el 20 de mayo
de 1999, y en la misma, aunque no se produjo un acercamiento, se acordó
continuar con los canales abiertos. Sin embargo, el 28 de noviembre los
terroristas dieron por roto el alto el fuego.
Una información de R. L. V. publicada
en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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1994: el «alto el fuego permanente» del IRA
Madrid- Entre la ingente
avalancha de reacciones y comentarios que provocó ayer el anuncio de ETA, fue
precisamente Josep Lluis Carod Rovira quien se encargó de llamar la atención
sobre la similitud del comunicado etarra con el que emitió el IRA en 1994.
Entonces, como ahora, los terroristas decretaron un «alto el fuego
permanente» que puso la base para el proceso de paz en Irlanda del Norte que
concluyó con la entrega de las armas.
¿Mismas palabras, mismo
resultado? Eso parece opinar el líder de ERC, y aunque todavía es demasiado
pronto para decirlo, lo cierto es que no parece que ETA haya escogido esta
expresión al azar. El entorno abertzale siempre se ha mirado en el espejo del
terrorismo norirlandés, y tiene muy presente lo que ocurrió hace ya más de
una década.
Desde 1990 a 1993, el IRA
suspendió sus «actividades militares ofensivas» durante 72 horas coincidiendo
con las fiestas navideñas. Este último año comenzaron los contactos secretos
entre el grupo terrorista y el Gobierno británico, pero al final las bombas
siempre volvían a imponer su siniestra ley. En abril de 1994 hubo una nueva tregua
bilateral de tres días que, sin cambiar nada sustancial respecto a sus
predecesoras, empezó a crear la expectativa de que «algo» estaba a punto de
pasar, una situación muy parecida a la que se ha vivido en nuestro país en
las últimas semanas. El 31 de agosto ese «algo» cristalizó en el anuncio del
«alto el fuego permanente» por parte del IRA. Sobre ese matiz de permanencia
pivotó gran parte de las reacciones de los responsables del Gobierno
británico e irlandés. El por entonces primer ministro John Mayor exigió
inmediatamente aclaraciones sobre la duración de la tregua, mientras que su
homólogo de Irlanda, Albert Reynolds, lanzo precipitadamente las campanas al
vuelo y no tuvo reparos en declarar que los días de violencia del Ejército
Republicano Irlandés habían terminado. Salvando las lógicas distancias, estas
posiciones no difieren demasiado de las expresadas ayer por algunos líderes
políticos. ¿Y qué dijo HB, precursora de la actual Batasuna? Al portavoz de
su Mesa Nacional de aquel entonces, el ya fallecido Jon Idígoras, le faltó
tiempo para emitir un comunicado en el que los abertzales acogían «con
esperanza y optimismo» el proceso de paz en el Ulster, además de elogiar la
«lógica del Gobierno de Major» -que contraponía a la posición «cerrada y hostil»
del Gobierno español»- y la «valentía» del IRA al dar ese paso. El tiempo
demostró que el proceso para conseguir el abandono de las armas estuvo lleno
de inconvenientes y fue duro, largo y muy difícil. Exactamente el mismo
diagnóstico que hace Zapatero.
Una información de R. N. publicada
en el diario LA RAZON el jueves 23 de marzo de 2006. Por su
interés informativo reproducimos íntegramente el texto.
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